La UE incluye a un hermano del presidente sirio entre los sancionados por la represión oficial

Maher al Asad, nacido en 1967, es el hermano menor del máximo dirigente sirio y será sancionado por ser "jefe de la cuarta División del ejército, miembro del mando central de Baaz, hombre fuerte de la Guardia Republicana y principal ejecutor de la represión contra los manifestantes".

En la lista de personas que sufrirán la congelación de posibles bienes en la UE y la prohibición de visados de entrada al territorio comunitario hay otros altos cargos sirios, pero no está el presidente del país.

El ministro del Interior, Mohammad Ibrahim Al-Chaar, el jefe de los servicios generales de información, Ali Mamluk, y el destacado empresario Rami Majluf también figuran en el listado, junto a responsables del ejército y de la milicia Shabiha.

Estas 13 personas fueron responsables de la violenta represión contra la población civil a través de su implicación como altos cargos o de la financiación de dichos actos, según el documento oficial comunitario.

Las sanciones al régimen sirio, que también incluyen el embargo de armas y de material usado para la represión, fueron aprobadas ayer formalmente por los Veintisiete, y entran en vigor hoy con su publicación en el Diario Oficial de la UE.

Este primer paquete de medidas para Siria son las que los Veintisiete han impuesto en casos precedentes contra los regímenes que han reprimido con violencia la ola de manifestaciones desatada en el mundo árabe durante los últimos meses.

Aunque en la lista de sancionados no está Bachar al Asad, el mandatario sirio podría verse afectado en un futuro próximo si los Veintisiete deciden revisar el listado y ampliarlo.

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, afirmó ayer que si no se realizan reformas políticas en Siria, la UE "considerará la extensión de las medidas restrictivas", incluso "al más alto nivel de liderazgo".

Desde el inicio de las revueltas en Siria, a mediados de marzo, los enfrentamientos causados por la represión han causado la muerte de 631 civiles y más de 120 agentes de la Policía y del Ejército sirios, según la ONG el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.