Una asociación trata de reabrir la primera causa contra los Tedax por irregularidades en la cogida de muestras

La Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M ha solicitado personarse en la causa contra el excomisario jefe de los TEDAX Juan Jesús Sánchez Manzano por posibles irregularidades en la recogida de muestras de los atentados del 11-M que fue sobreseída en junio de 2009 por el Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid. Su intención es ser tenida como parte y solicitar la reapertura del caso.

Con esta petición, la asociación trata de soslayar el archivo definitivo por el Supremo de la causa por los mismos hechos que interpuso en otro juzgado de la capital, el número 43, que fue decretado al estimarse "cosa juzgada material".

La sentencia del alto tribunal, conocida el pasado 14 de marzo, avalaba a respuesta dada en su día por la Sección 17 de la Audiencia de Madrid frente a la pretensión de la juez de Instrucción número 43 de Madrid, María del Coro Cillán, de seguir adelante con la investigación pese a que este asunto ya había sido valorado antes, y rechazado, por el Juzgado de Instrucción número 6 de la capital.

En su escrito al Juzgado número 6, el abogado de la Asociación de Ayuda a las Víctimas, José María de Pablo, reconoce que cuando interpuso su querella desconocía las diligencias previas abiertas en este juzgado también contra Sánchez Manzano y aduce que la propia sentencia de la Audiencia Provincial le faculta a personarse este procedimiento.

En su escrito, al que ha tenido acceso Europa Press, De Pablo justifica la condición de perjudicada de la asociación por los hechos presuntamente delictivos que atribuye al exjefe de los TEDAX y pide el auto de sobreseimiento libre dictado en su día en este procedimiento para poder interponer, en su caso, los recursos que procedan.

En su querella ante el Juzgado número 43, esta asociación atribuía a Sánchez Manzano posibles delitos de encubrimiento, omisión del deber de perseguir delitos y falso testimonio.

Según esta parte, la actuación del entonces jefe de los artificieros dificultó conocer la naturaleza de las bombas y, por lo tanto, la autoría exacta del atentado ya juzgado en la Audiencia Nacional.