Los comunistas indios, en su hora más baja desde los años de independencia
AGENCIA EFE
13/05/201113:24 h.En el último mes, los ciudadanos de cinco estados indios -Bengala, Kerala, Tamil Nadu, Assam y Pondicherry- habían acudido a las urnas de forma escalonada, aunque la Comisión Electoral de la India decidió hacer públicos hoy todos los resultados a la vez.
La más poblada de esas regiones era la nororiental Bengala, donde el conocido como "gobierno comunista democrático más viejo del mundo" ha doblado la rodilla ante una coalición formada por el regionalista Trinaumul y el gubernamental Partido del Congreso.
"Hemos luchado durante mucho tiempo y el pueblo ha respondido al fin. Vamos a centrarnos en una buena administración, la educación y el empleo", dijo a Efe el viceministro indio de Desarrollo Urbano, Saugata Roy, uno de los líderes del Trinamul.
Según las primeras estimaciones, el Trinamul y el Congreso se han hecho con unos 225 de los 294 escaños, y varios ministros regionales del Partido Comunista-Marxista de la India (CPI-M) ni siquiera revalidaron sus asientos en la región, cuya capital es Calcuta.
"Ha sido un desastre. Ahora debemos hacer introspección, ver qué políticas han fallado, revisar nuestra organización y restaurar la confianza del pueblo. Respeto el resultado", dijo a Efe el comunista Gurudas Dasgupta, diputado nacional por Bengala.
Los comunistas también han perdido el control de la otra gran región bajo su control, la sureña Kerala, frente a otra coalición liderada por el Partido del Congreso, aunque por un margen de apenas cuatro diputados, mucho menos de lo que predecían los analistas.
Las formaciones comunistas están en la oposición del Parlamento indio, después de un tormentoso pacto de Gobierno en la última legislatura que terminó cuando el gubernamental Partido del Congreso firmó con Estados Unidos un pacto de cooperación nuclear civil.
La gestión del Gobierno comunista había sufrido críticas por la falta de desarrollo económico en una región que fue faro cultural del país durante la primera mitad del siglo XX pero parece haber perdido fuelle industrial.
En la pasada legislatura, el Gobierno falló en su intento de implantar proyectos como el de una planta automotriz de la compañía Tata o una zona industrial especial con exenciones impositivas, que se toparon con agrias protestas campesinas y violentos disturbios.
Esas protestas fueron capitalizadas por la líder del Congreso Trinamul y hoy ministra de Ferrocarriles, Mamata Banerjee, una mujer que llegó a protagonizar una huelga de hambre contra el Gobierno para evitar unas proyectadas expropiaciones campesinas.
"Esta es una victoria completa de la democracia. Es un veredicto histórico. Tras 34 años, Bengala tiene una nueva libertad", dijo hoy Banerjee a una multitud congregada frente a su vivienda que lanzaba polvos de color verde, el de su partido.
La némesis del comunismo bengalí es una política populista de influencias gandhianas; soltera, sin hijos y de carácter impredecible, que pasó la jornada previa a la difusión de los resultados "terminando de pintar dos cuadros", según sus portavoces.
Según dijo a Efe el viceministro Roy, es "probable" que Banerjee, de 56 años, vuelva a Bengala como jefa del Gobierno regional y abandone su presente cargo en el Gobierno central, lo que acarrearía cambios en el ejecutivo indio.
Los comicios eran vistos como una prueba de fuego para el Gobierno central, golpeado por la corrupción, pero el resultado no ha sido malo para las formaciones que lo componen: caída en Tamil Nadu y Pondicherry, pero victorias en Assam, Kerala y Bengala.
Para los comunistas, el panorama pinta peor: fuera del Gobierno, está por ver si podrán movilizar a sus alicaídos simpatizantes en unos bastiones en los que durante décadas gozaron de un prestigio intelectual no igualado por las demás formaciones.
"Los resultados de Bengala y Kerala son una decepción. Pero esto no hará que nuestras políticas sean irrelevantes", confió hoy mismo en un comunicado su politburó.
Su poder, tras la debacle, ha quedado reducido al estado indio de Tripura, un diminuto enclave del noreste donde viven 3,5 millones de personas.
Por Diego A. Agúndez.