Se reabre el debate sobre la legalidad de la prostitución

El partido socialista ha aprovechado uno de los últimos plenos de la legislatura en el Congreso para forzar a los demás grupos a tomar una posición sobre una cuestión en la que hay encontronazos incluso entre la izquierda y los colectivos feministas; y por supuesto en la calle.

El asunto genera dudas, demasiado difícil verlo desde un prisma sí o no, y altas dosis de pesimismo.

Entre quienes quieren pero no confían en los efectos de abolir la actividad. El tema es tan complejo que una sola opinión se queda corta.

Quienes abogan por regular o legalizar exponen razones sociales. También económicas.

Desde el colectivo piden los mismos derechos que cualquier trabajador, y de ahí el intento fallido de crear un sindicato, con visto bueno oficial rectificado rápidamente por el gobierno en agosto, con gráfica y deportiva explicación de la ministra.

El ejecutivo está más bien por la abolición, con argumentos que incluyen este que expone una asociación feminista. El debate sigue abierto y la actividad en la intemperie inconcreta de la legalidad.