La difícil tarea de buscar a Gabriel en barrancos y precipicios

Un equipo de Guardias Civiles voluntarios tiene encomendada la ardua tarea de buscar al niño de 8 años desaparecido en Níjar en las extensas hectáreas de barrancos y precipicios de Almería. Tras el hallazgo de la camiseta con ADN de Gabriel, la búsqueda se ha acotado a zonas más concretas, como pozos y cortijos abandonados, y la presencia de los especialistas se ha vuelto más participativa. Con el objetivo de dejar documentado todo el litoral, los especialistas descuelgan un dispositivo lumínico atado con un cabo a las minas de Rodalquilar, descienden los pozos con arneses y cuerdas o pasan largas jornadas de caminatas para llegar a cada objetivo.

La zona donde se encontró la camiseta es abrupta y en algunos lugares la mirada que permite el vuelo de los drones cedidos por una empresa de la localidad facilita y ahorra el trabajo. Pero el rastreo se complica ante el peculiar terreno de agujeros naturales o galerías excavadas y abandonadas hace más de un siglo. Estos Guardias Civiles especializados no escatiman en esfuerzos y no permiten que ningún rincón pueda quedar libre de rastreo.