El escritor Vázquez-Figueroa declarará el próximo 20 de julio como testigo en el caso Acuamed

El magistrado quiere escucharle a la vista del contenido de una llamada telefónica que le efectuó el considerado cabecilla de la trama, el expresidente de la empresa dependiente del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, Arcadio Mateo.

En dicha conversación Mateo propone a Vázquez-Figueroa poner en marcha un proyecto de desaladora de agua salada diseñada y patentada por el escritor. Le citó en las oficinas de FCC para sugerirle participar en un concurso internacional lanzado por el Gobierno de Israel para llevar agua desde el mar Rojo al mar Muerto.

Según explicó Vázquez-Figueroa a El Mundo, la intención del alto cargo de Acuamed era repetir un estudio sobre la viabilidad del proyecto que ya se había llevado a cabo hace años y era innecesario.

"La realidad es que Tragsa, una de las empresas precursoras de Acuamed, ya había hecho ese informe. ¡Ese mismo informe! Y había costado millones de euros, unos puestos por mí, otros públicos. Se habían gastado todo ese dinero, pero ahora decían que había que gastárselo otra vez. Me negué, les dije que imposible, que no íbamos a hacerlo, que yo no participaba en aquello", explicó el escritor.