La 'otra misión' de los militares españoles en Malí: proyectos de colaboración para ayudar al desarrollo de la mujer

Casi 300 militares españoles están desplegados en Malí para ayudar a su ejército a adquirir las capacidades que le permitan acabar con el terrorismo y la criminalidad en su territorio. Pero ésta no es su única misión en este país del Sahel; también dedican parte de su tiempo a distintos proyectos de cooperación que tienen el objetivo, sobre todo, de impulsar el papel de la mujer en la sociedad maliense,

Las fuerzas armadas españolas están en Malí desde el año 2013, cuando el país pidió ayuda a la Unión Europea para recuperar la estabilidad en su territorio. Desde entonces, España se ha dedicado, junto a otra veintena de países, a adiestrar a los soldados malienses en todo tipo de técnicas militares que les permitan formar un ejército sólido capaz de combatir con terroristas y traficantes de drogas, personas y mercancías.

Pero además, los militares españoles están implicados en diversas iniciativas de ayuda a la población más desfavorecida de Malí que gestionan en su mayoría órdenes religiosas. Es el caso del centro de promoción femenina de las religiosas de María Inmaculada en Bamako, gestionado por la enérgica hermana Carmen, que lleva 37 de sus 66 años en el país.

En este centro, que llevan seis monjas y una novicia, se alojan 229 internas de entre 12 y 23 años. Pero también hace de comedor y escuela para otras muchas que desean aprender un oficio. E incluso tiene una guardería para aquellas que ya tienen hijos pero no quieren abandonar los estudios.

La hermana Carmen, cordobesa, estudió medicina y enfermería en España y es matrona de especialidad. Su vocación nació en Melilla y desde allí viajó directa a Malí, donde ha trabajado más de tres décadas en las zonas más áridas de su vasto territorio. "Yo ahora estoy en Bamako, pero voy a volver al campo", asegura convencida después de haber tenido que dejar el trabajo más duro por las lesiones de espalda que le produjo un accidente de tráfico.

Las jóvenes de María Inmaculada aprender a bordar, cocinar y estudian hasta ir a la universidad. A muchas también se les ayuda a encontrar trabajo como empleadas de hogar para poder contribuir a la economía familiar. Pero no todas las historias son felices, reconoce la hermana Carmen, que explica cómo algunas de ellas dejan su formación cuando son obligadas a un matrimonio concertado.

COOPERATIVAS EN KOULIKORO

Los militares del contingente español también conocen muy de cerca la labor del Centro Social madre Bernarda, gestionado por hermanas franciscanas en la localidad de Koulikoro, donde también se ubica el lugar de asesoramiento y adiestramiento al ejército maliense.

También centrado en las mujeres, este centro ofrece cursos de peluquería, tatuaje y maquillaje, cocina y costura para que después puedan desarrollar una autonomía profesional. Para ello también tienen oportunidad de adquirir conocimientos de alfabetización y contabilidad y se les facilita crear cooperativas.

En el proyecto --en el que colaboran el Ministerio de Defensa, Manos Unidas y el Principado de Asturias-- se atiende a más de un centenar de mujeres cada año para ayudar a su formación. "Nosotros ponemos los medios para que puedan avanzar", explica la hermana Janete, de Colombia.