La ministra de Exteriores pide más dinero de la UE en el mundo árabe, pero sin "dar lecciones"

También teniendo en cuenta que en los procesos que se han abierto emergen "incertidumbres" y "riesgos", como los que suponen los flujos de inmigración "no controlados", el terrorismo yihadista o el tráfico de armas, según la titular de Exteriores.

Jiménez ha clausurado en la sede del Ministerio una reunión con los embajadores españoles en los países árabes, en la que también ha participado la ministra de Defensa, Carme Chacón, toda vez que la colaboración española en el despliegue militar internacional se expandirá más tiempo, tal y como ella misma desgranará mañana en el Congreso de los Diputados.

La jefa de la diplomacia española se ha encargado en la clausura de repasar las conclusiones de la reunión, que ha versado lógicamente sobre la situación en países como Egipto, Libia, Túnez, Yemen o Bahrein, y sin dejar de lado el conflicto israelí-palestino.

Para Jiménez, está claro que la UE debe ser un actor fundamental en ese contexto de cambio y de reformas, y lo ha de ser mediante recursos económicos a pesar de que "en las actuales perspectivas financieras" de la Unión "no hay mucho margen".

Deben buscarse entonces "fondos adicionales" mediante "otras vías", en palabras de la ministra, que ha citado como ejemplos el Banco Europeo para el Desarrollo o el Banco Euromediterráneo. "Tenemos que ser ambiciosos en el apoyo financiero a la región", siempre en pro de la consolidación de la democracia, ha sentenciado.

No obstante, Jiménez ha destacado que esta política de "acompañamiento" no debe derivarse en la apropiación de los mismos, ya que son coyunturas que ha motivado la ciudadanía, que "pertenecen a los ciudadanos".

"Que no perciban que les estamos dando lecciones sobre cómo gestionar esos nuevos procesos", ha recalcado.

Surge "un nuevo paradigma" en los países del norte de África y en otros de la órbita árabe, y España, en el marco de la UE, ha de estar en la vanguardia del apoyo internacional y "pacífico" a esas reformas.

Libia constituye un caso aparte, y así se ha referido a él Jiménez, en su caso para insistir en que la única salida al conflicto es la política, y sin tener en cuenta para nada ni a Muamar el Gadafi ni a su familia ni a su "entorno inmediato".

La ministra, en definitiva, ha planteado "intensificar la presión política y diplomática".

Otra situación que se desmarca de lo anterior es la de Israel y Palestina.

Jiménez ha afirmado al respecto: "Hay que tener en cuenta que la situación puede cambiar muchos de los equilibrios que se han mantenido hasta la fecha. Israel y Palestina deberán imprimir un ritmo diferente a la negociación que conduzca necesariamente a un proceso de paz".

Aparte de abogar por la interlocución con los nuevos actores que han surgido en los países mencionados, Jiménez ha propuesta reforzar la eficacia de foros multilaterales, como la Unión Por el Mediterráneo o el espacio para el diálogo en la zona que promueve la OTAN.

Dentro de ese esfuerzo financiero de la UE para con la región árabe, será importante también favorecer que los "recursos extraordinarios" de los que disponen muchos de esos países redunden en beneficio de los ciudadanos, "al servicio del desarrollo de esos países".

"Hay que pensar a lo grande, dar estabilidad a la región, potenciar los instrumentos que hay, y si no, buscar otros nuevos. No podemos perder esta oportunidad histórica", ha alentado la ministra.