El ex número dos de Blesa dice que nunca habló con él de las 'tarjetas black' y que su "obsesión" era no pasar el límite

El ex consejero ejecutivo de Caja Madrid y mano derecha de su expresidente Miguel Blesa, Matías Amat, admitió en la Audiencia Nacional que su "obsesión" era no sobrepasar el límite de la 'tarjeta black' y añadió que la caja nunca dio "ninguna indicación en contra" de sacar efectivo de los cajeros.

Así se pronunció ante el juez Fernando Andreu el pasado 13 de marzo, según se desprende del contenido de su declaración, a la que ha tenido acceso Europa Press. Manifestó que "nunca" habló con el expresidente Miguel Blesa de este asunto y que recibió en 1999 una tarjeta de "libre disposición en su concepto más amplio" con un límite inicial de 40.000 euros, que luego fue ampliado a 60.000, y usó hasta su salida de Bankia en 2011.

Amat dijo no recordar si firmó ningún tipo de documento y manifestó que "se podría decir" que estos gastos eran un complemento salarial. "Yo he consumido gran parte del saldo --gastó cerca de 429.000 euros--, no hasta el límite porque mi obsesión era no pasarme del límite y como no teníamos certificados había que hacer cálculos aproximados", precisó.

El ex 'número dos' de Blesa, a la que cargó 15.000 euros en una tienda de arte sacro, el alquiler de una embarcación de recreo o compras en joyerías o clubes de golf, manifestó que "siempre" consideró "regular y perfectamente lícito la utilización de las tarjetas". "Porque me la entregó Caja Madrid, siempre tuvo información completa de mis gastos y ningún órgano de control interno o externo me llamó la atención de nada de esa tarjeta", argumentó.

En cuanto a la consignación del dinero en el juzgado y en Bankia, confió en que espera que le sea devuelto y que "en ningún momento he tenido interés en obtener cantidad alguna que no me correspondiera a la espera de que efectivamente se dicte lo pertinente por parte de su señoría".

"NO TENGO POR QUÉ DUDAR DE LA BONDAD DE CAJA MADRID"

El exmiembro de la Comisión de Control y expresidente de Renfe Miguel Corsini, que cargó 46.700 euros a su visa 'black', aseveró que "no le llamó la atención" que la caja le dijera una tarjeta para gastos personales, al ser preguntado por el fiscal Alejandro Luzón en reiteradas ocasiones si no le extrañó.

"¿No le resultó extraño que se le retribuyera de forma tan peculiar con una tarjeta?", cuestionó el fiscal, a lo que respondió: "Pues la verdad es que no porque cuando llego a la Comisión de Control no tengo por qué dudar de la bondad de las actuaciones de Caja Madrid, una entidad solvente".

"La solvencia no tiene nada que ver con esto. ¿En su experiencia le había ocurrido alguna vez?", insistió el fiscal. "No, no me había pasado anteriormente", reconoció Corsini.

"CAJA MADRID SE OCUPABA DE LA TARJETA"

Por su parte, el exjefe de la Casa del Rey Rafael Spottorno explicó que el "espíritu" de las tarjetas opacas estaba claro: "Era una tarjeta de Caja Madrid y Caja Madrid se ocupaba de la tarjeta". Indicó además al juez que el expresidente de la caja, Miguel Blesa, le comunicaba telefónicamente cual era sus modificaciones "retributivas" en cuanto a salario.

Agregó que "nunca" dudó que el beneficio obtenido con la tarjeta era un complemento retributivo. Según indicó, disponía de un límite anual de 22.000 euros que procuraba agotar al máximo según los cálculos que efectuaba mediante una "contabilidad casera".

El medio de pago le fue entregado por el entonces director de Medios Ildefonso Sánchez-Barcoj, a su llegada a la caja en 2002. "Me entregaban una tarjeta de libre disposición para atención de gastos personales, con un límite de gasto que fijó en 22.000 euros anuales, yo no recibiría información ni extractos de la tarjeta, porque su titular era Caja Madrid, que se ocuparía de todo lo concerniente a esa tarjeta", precisó.

Spottorno también explicó que estuvo más de un año sin retirar dinero porque no se le había proporcionado código pin hasta que se enteró, por un compañero del Consejo de Administración, que podía también emplearse en cajeros. El exjefe de la Casa del Rey disponía de otra tarjeta, en este caso de la Fundación Caja Madrid, que dirigía.