Noche de tensión en los alrededores del Parlament

El perímetro policial que rodea el Parlament está roto. Los mossos, desbordados, retroceden hasta la entrada principal. Superados, ceden el puesto y abandonan la posición. Ya sólo unos pocos agentes pueden evitar que accedan al interior de la Cámara, hasta que se refugian dentro y cierran las puertas. El exterior del Parlament queda en manos de unos manifestantes que golpean las puertas y se animan a seguir adelante. Minutos después son los antidisturbios los que rompen el cerco y cargan por detrás. A porrazos y empujones liberan la puerta y establecen un nuevo cordón policial. Retomado el control, dispersan a los concentrados con proyectiles. A esa misma hora cientos de manifestantes asedian la Jefatura de Policía con una lluvia de objetos hasta que los mossos dan el aviso. La Via Laietana se convierte en un campo de batalla. Decididos a enfrentarse a la policía, les amenazan, les provocan y colocan barricadas. Los mossos cargan a pie y con los furgones, calle arriba, calle abajo. Los encapuchados, ya dispersos, acaban por marcharse.