Un cisma que aboca al pesimismo
De los cinco años de vida de Podemos no han sido pocos los éxitos, también las sorpresas. Pero lo que permanece hoy, ahora, son las batallas internas. "Ni media tontería con cuestiones internas" decía hace poco más de un año Pablo Iglesias. Guerras fraticidas como no habíamos visto en los últimos años. Una confianza que se desvanecía por momentos: de la fulminante destitución de la mano derecha de Errejón en 2016 al desafío de éste contra Iglesias en Vistalegre II donde hubo de todo y que supuso una fractura a todos los niveles.
El trasfondo, más que personal, fue y es de proyectos políticos. Errejón siempre quiso ir más allá de Podemos. Y eso es una tendencia que vemos no solo en Madrid, también en Andalucía, en Cataluña, en Galicia donde la marca de Podemos se diluye en confluencias que están por encima del partido morado. La pregunta recurrente es qué pasa ahora porque el desgarro es total, con destacados errejonistas liderando candidaturas en Europa o integrados con Manuela Carmena en Madrid. El escenario en la Comunidad es inédito por la izquierda: la candidatura de Gabilondo por el PSOE, la de Errejón con Más Madrid y la hipotética nueva candidatura de Podemos. Fragmentación hay para rato.