La preocupación por el terrorismo, en su cota más baja de la historia

El terrorismo, que durante años lideró la relación de problemas o se alternó con el paro en la cúspide, se anotó en septiembre su marca más baja de la historia con un 3,7 por ciento de menciones, colocándose como la décima preocupación nacional. Hace un año estaba en el quinto puesto con un 9 por ciento y ahora se sitúa por debajo de la educación, la sanidad o la corrupción y el fraude.

Concretamente, el mes pasado, coincidiendo con el arranque del curso escolar y los recortes en algunas comunidades autonómas, la educación se colocó como sexta preocupación del país al ser citada en el 7,1 por ciento de los cuestionarios, casi tres puntos más que en julio. Es la cota más alta desde septiembre de 2009.

Igualmente, la sanidad, que en el último año tampoco venía figurando entre los principales problemas, ahora escala hasta el séptimo puesto y llega al 6 por ciento, casi dos puntos más que al inicio del verano. No se alcanzaban esos niveles desde octubre de 2005.

La lista subjetiva de problemas (los que afectan más personalmente a los sondeados) no experimenta cambios. El paro continúa en cabeza (42 por ciento), seguido muy de cerca por los problemas de índole económica (38 por ciento). Más atrás aparecen la clase política y los partidos (7,7 por ciento), las pensiones y la educación (6,3 por ciento) y la vivienda (5,1 por ciento), que casi empata con la sanidad y la inseguridad ciudadana (4,9 por ciento).

Además, crece el pesimismo económico de los entrevistados respecto al sondeo de julio, ya que el porcentaje de los que creen que la situación económica será peor dentro de doce meses ha crecido seis puntos desde entonces, al pasar del 27 al 33 por ciento. Por contra, sólo el 16 por ciento pronostica que la economía estará mejor en septiembre de 2012. Ahora el 81 por ciento la califica de mala o muy mala y tan sólo un 1,5 por ciento se atreve a juzgarla como buena o muy buena.

Asimismo, las respuestas relativas a la situación política revelan que siete de cada diez consultados la consideran mala o muy mala, y sólo la aprecia buena o muy buena un 2,8 por ciento. Además, el 22,3 por ciento cree que dentro de un año la cosa estará peor y sólo el 18 por ciento confía en que haya mejorado para entonces.