Salen de la cárcel los presos del "procés"

Disfrutarán por primera vez del régimen de semilibertad
Junqueras, Forcadell, Forn, Romeva, Cuixart y Turull con el tercer grado pasarán todo el fin de semana en casa
Los líderes independentistas, condenados por el "procés" han salido de las cárceles por primera vez para disfrutar del régimen de semilibertad que les han concedido las juntas de tratamiento de los centros penitenciarios catalanes. Forcadell, Junqueras, Forn, Romeva, Cuixart y Turull pasarán todo el fin de semana en casa.
El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart; el líder de ERC, Oriol Junqueras, y los exconsellers Raül Romeva y Jordi Turull han salido a primera hora de la mañana de este viernes de la prisión de Lledoners, en Sant Joan de Vilatorrada; poco antes había salido de la prisión barcelonesa de Wad Ras, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell.
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Más tarde han abandonado la cárcel los exconsellers Josep Rull y Joaquim Forn, y el expresidente de la ANC y exdiputado Jordi Sànchez. La última en salir, de la prisión de Puig de les Basses, en Figueres (Girona), ha sido la exconsellera Dolors Bassa. Cuixart ha pubicado en Twitter que seguirán luchando por "autodeterminación" y ontra "la represión" de "los presos políticos".
El tercer grau no és res. Seguirem lluitant perquè s’acabi tota la repressió, el retorn dels exiliats i per l’autodeterminació de Catalunya. Visca la República Catalana. Som i serem! (Foto @Pauventeo ) pic.twitter.com/cxZzBGMjg2
— Jordi Cuixart (@jcuixart) 17 de julio de 2020
Por su parte, Jordi Turull ha señalado en declaraciones a RAC1: "Veremos cuánto tiempo dura todo esto. Todos saben que la Fiscalía va absolutamente a saco, en términos de escarmiento y de venganza".
La Fiscalía ha recurrido hasta ahora todos los permisos y medidas de flexibilización del régimen penitenciario de los presos del "procés", por lo que es previsible que también lo haga en el caso del tercer grado, en el que, a diferencia de las salidas laborales y de voluntariado del 100.2, será el Tribunal Supremo el que tenga la última palabra.
Los centros penitenciarios donde están internos los presos han establecido las medidas de control y seguimiento necesarias de cada uno de los reclusos, de acuerdo con sus respectivos programas de tratamiento.