La asesina de la psicóloga Anna Permanyer niega un incendio para destruir pruebas porque habría sido sospechoso

La condenada por extorsionar y asesinar a la psicóloga Anna Permanyer el 27 de septiembre de 2004 Carme Badia niega haber incendiado un piso del edificio Atalaya de la Diagonal para deshacerse de pruebas que la relacionaran con el crimen porque el siniestro habría puesto sobre aviso a la policía de un nuevo posible escenario.

En su declaración este martes en el juicio en la Sección Novena de la Audiencia de Barcelona por el incendio del piso 11-E el 15 de octubre de 2004, por el que se enfrenta a una petición de 15 años de cárcel por parte de la Fiscalía, que se añadirían a los 24 que está cumpliendo por el crimen, Badia ha asegurado que habría sido una "necedad" incendiar el piso porque la policía habría centrado sus pesquisas en él cuando hasta el momento ni lo había registrado.

Ha explicado que había mucha presencia policial en el bloque los días posteriores a la desaparición de la psicóloga, que fue vista por última vez el 27 de septiembre cuando tenía una cita con su inquilina, Carme Badia, a la que le alquilaba el piso 18-J, y que ya había vivido en el mismo edificio antes, en el piso 11-E, el incendiado.

"Sería una tontería quemar un piso para que la policía se centrara en él", ha argumentado, ya que hasta entonces no lo habían registrado y tras el fuego quedó precintado y fue objeto de numerosos análisis.

De hecho, en el piso se hallaron restos que nunca pudieron relacionarse con el caso porque habían quedado muy deteriorados.

Carme Badia ha admitido que sabe que una noche alguien desprecintó dicho inmueble, aunque ella "no hizo nada" ni tenía motivos para hacerlo.

En una declaración serena en todo momento mientras, esposada, la custodiaban tres mossos d'Esquadra, Badia ha asegurado que el día del incendio se fue de su casa, el 18-J, a "media mañana" cuando la policía terminó uno de los numerosos registros que le hicieron durante la instrucción del caso, porque había quedado con una amiga para comer.

ESTUVO DE COMPRAS

Sin embargo, no ha dado más explicación que "estar de compras" para el lapso de tiempo entre que salió de casa y las 14 horas, que fue cuando quedó con la amiga.

Según el relato de la Fiscalía, la acusada, sobre las 12.30 horas del 15 de octubre de 2004 "entró confiada en el piso 11-E a sabiendas que no habría nadie en el interior, con la llave del mismo, cuya copia tenía en su poder por haber vivido anteriormente en régimen de alquiler".

"Una vez en el interior, prendió fuego y mediante empleo de un acelerante logró una rápida propagación del fuego de los dos focos independientes provocados en el salón y el dormitorio", prosigue el Ministerio Fiscal en su escrito de acusación.

Durante el juicio, las preguntas a un conserje y un empleado de mantenimiento del edificio han ido centradas en dilucidar quién tenía las llaves, que Badia ha asegurado que devolvió al dejar este piso y mudarse al 18-J, aunque no se ha esclarecido porque los porteros no la tenían ni tampoco la limpiadora, a quien se las robaron en el Metro.

El propietario del piso 11-E, que podía arrojar luz sobre esta cuestión aclarando si Badia conservaba o no un juego de llaves, no se ha presentado, por lo que la juez le ha impuesto una multa de 200 euros y se espera que declare este miércoles, cuando proseguirá el juicio con la intervención de otros testigos y peritos.

Tanto a Badia como a la limpiadora --que trabajaba en el piso del incendio y en el que había alquilado la acusada-- les han preguntado por unas sábanas que podrían coincidir con la marca de las que cubrían el cadáver de Permanyer cuando fue hallada en un descampado del Garraf y por unas bolsas de plástico de La Sirena que se usaron para asfixiar a la psicóloga.

Badia solo ha indicado que compró sábanas nuevas y colchas cuando se fue del piso 11-E y que solo recuerda dejar bolsas de basura negras, y la trabajadora solo ha recordado haber visto bolsas de plástico de dicho supermercado en el piso 18-E.

Por su parte, la defensa de Badia pide la absolución porque no hay pruebas suficientes para incriminarla por este incendio.