El parricida de Oza culpa a su hijo asesinado por "mirarle mal"
Marcos Miras, en tono chulesco y desafiante, ha culpado a su hijo de 11 años porque le miró mal cuando lo recogió en el punto de encuentro. Después no sabe qué ocurrió. Eso es lo que ha intentado explicar en el juicio que ha comenzado hoy. Asegura que después del viernes ya no recuerda nada. La verdad es que pasó con el niño el fin de semana y el domingo, cuando tenía que devolvérselo a la madre, asesinó a Javier a golpes, con una pala, en un lugar donde nadie podía auxiliarle (era tan extraño que lo llevara al monte que hasta la abuela paterna se extrañó...). Era el día de la madre y según la Fiscalía consiguió su propósito, perfectamente planificado. “Matar en vida a su ex mujer”. Una mujer separada y amenazada durante años que hoy declaraba detrás de un biombo. Mayca ha recordado que no podía salir de casa sola del miedo que tenía. Él la amenazaba continuamente con frases como “te quitaré lo que más quieres” “eres una puta”. El niño no quería ir con su padre con un marcado caracter violento y medicado debido a sus problemas mentales acrecentados por el odio tras la separación. "Es un «psicótico»", según el informe de los médicos forenses, "pero cometió el crimen siendo dueño de sus actos, sabiendo lo que hacía". Es lo que han concluido los especialistas aunque su abogado utiliza la falta de medicación, el alcohol y el estrés para intentar eludir la prisión permanente revisable.