La renuncia del experimentado abogado del Chicle
Cabizbajo, José Ramón Sierra salía de la cárcel tras visitar al Chicle. “Le acabamos de comunicar que dejamos de ejercer su defensa”. Las razones de su renuncia no las confiesa, pero se intuyen. “¿Qué yo no confío en él? No. Yo lo que digo es que para poder ejercer la defensa hay que creer en lo que uno hace y en la línea de defensa”. Y la línea en la que se empeña José Enrique Abuín es el atropello a pesar de la contundencia con que la autopsia preliminar lo descarta y apunta a estrangulamiento. “Es necesario creer con honestidad, ejercerlo con pasión y con amor a la profesión. Deja de defenderle aunque sigue creyendo que no agredió sexualmente a Diana. El letrado cree todavía que no hubo agresión sexual o espera que así se demuestre y también piensa que está arrepentido. Habla de “esta pobre chica fue objeto de lo que objeto…” Una frase que delata en parte que quizá el abogado también sabe que el Chicle esconde la verdad, el rapto con fines sexuales. Sólo él sabe las verdaderas razones que le llevan a abandonar el caso. Es extraño que un abogado de tanto prestigio y capacidad que consiguió que Abuín dijera donde estaba el cuerpo de Diana, lo deje ahora. Claramente no parece que la sea porque las pruebas se hayan vuelto en su contra. Sobre todo porque el día que la Guardia Civil consiguió la confesión del Chicle se dijeron muchas cosas en esas horas de interrogatorios, con abogado y después cuando se vino abajo solitario en su calabozo. No le faltarán candidatos para hacerse cargo de un caso tan mediático ha explicado Sierra. De momento, Abuín se queda solo; su familia tampoco quiere hablarle, lo sabe y ni les llama. Será sometido a una pericial psiquiátrica, con otro letrado.