La muerte del policía arrojado a las vías del tren reabre el debate sobre las penas

Ali Raba Yode, inmigrante que provocó la muerte del policía arrojado a las vías del tren de la estación de Embajadores en Madrid, acumulaba al menos nueve antecedentes por numerosos delitos, pero estaba en la calle. El atracador que acabó también con la vida de un agente durante el asalto a un banco de Vigo tenía un largo historial delictivo y el robo con violencia estaba entre todos los de la lista particular. Un delito castigado con penas de dos a cinco años de cárcel en nuestro código penal, El problema es que hasta que sale el juicio, los delincuentes siguen en la calle, sin que nadie ni nada les impida seguir cometiendo infracciones. Delincuentes con un perfil violento que ante la falta de impunidad acaban cometiendo delitos más graves. En el caso de los inmigrantes es todavía más difícil de controlar por los problemas burocráticos de la ley de extranjería. El marfileño que arrojó al policía a las vías del tren, tenía abierto un expediente de expulsión pero no se había podido ejecutar.La excesiva burocracia, el exceso de garantías procesales y la lentitud de la justicia perjudican la instrucción de estos delitos y dejan en un limbo jurídico a peligrosos delincuentes.