Alto nivel de paro y mala calidad del empleo, principales rasgos de la precariedad laboral entre los jóvenes, según UGT

El alto nivel de desempleo y la mala calidad del empleo son los principales rasgos que caracterizan la precariedad laboral en la juventud, según concluye el estudio de UGT 'Análisis de la precariedad en el empleo juvenil' de 2017, basado en los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), del cuarto trimestre de 2016.

La investigación señala que en el cuarto trimestre de 2016 --último dato disponible-- se realizaron 2.227.900 contratos a jóvenes menores de 30 años, de los cuales un 52% correspondieron a hombres jóvenes frente al 48% efectuada a las mujeres jóvenes.

La contratación indefinida fue la modalidad menos utilizada con 956.000 contratos (58.300 contratos menos en dos años), frente a los contratos de carácter temporal que alcanzaron la cifra de 1.271.800, habiéndose producido un aumento del 7% de este tipo de contratación respecto al mismo periodo de 2015. Así, se registraron un total 651.400 hombres asalariados temporales y 620.400 mujeres.

En el ámbito de la contratación temporal, el análisis de UGT revela que los contratos temporales por circunstancias de la producción representaron el 20% del total (con 257.700 contratos), mientras que la modalidad a la que más recurren las empresas es el contrato por obra o servicio que ascendió a 501.400 contratos en el periodo objeto de estudio, lo que ha supuesto un aumento del 4% respecto al trimestre anterior y un 9% respecto al mismo periodo de 2015.

Sobre la duración, el estudio concluye que más de la mitad de los contratos a jóvenes tienen entre 1 y 6 meses de duración, lo que supone que un 30% de los menores de 30 años trabaje menos de 6 meses. Además, más del 35% de los jóvenes no sabe la duración de su contrato pero cree que más de un mes, y un 6% de los jóvenes desconoce qué tipo de duración tiene su contrato. En este caso, no existiendo diferencias significativas entre hombres y mujeres.

En este sentido, los contratos temporales de 2 a 3 años suponen el 2% y los de 3 años o más un 4%, con lo que los contratos temporales de duración más larga que pueden permitir obtener una prestación por desempleo al finalizar alcanzan el 6% del colectivo juvenil.

El análisis realizado por UGT indica que la incidencia del trabajo a tiempo parcial supone en los menores de 35 años el 28% de la ocupación por jornada de trabajo, registrándose 1.021.500 jóvenes en el cuarto trimestre de 2016. Los jóvenes de entre 20 y 24 años supusieron 268.700 contratos de esta modalidad y de 16 a 19 años, 53.600 contratos a tiempo parcial.

Un análisis de las variables parcialidad y género entre los jóvenes, revela vemos que casi el 60% de los contratos a tiempo parcial que se suscriben son con mujeres y, por otro lado, más del 50% de los contratos concertados con mujeres se realizan a tiempo parcial. "La parcialidad en la contratación es donde se da una mayor diferencia entre hombres y mujeres", destaca el sindicato en su informe.

Según el análisis de UGT, el 55% de los jóvenes ocupados a tiempo parcial trabajan con este tipo de contrato porque no han podido encontrar un trabajo a jornada completa (más de 500.000 menores de 35 años), mientras que un 13% trabaja con jornada a tiempo parcial para seguir cursos de formación y el mismo porcentaje de jóvenes ocupados trabaja con este tipo de jornada para dedicarse al cuidado de familiares. Además, un 4% señala no querer trabajar a jornada completa, pero sin especificar los motivos.

"Es evidente que las jornadas a tiempo parcial en la juventud no se realizan por voluntad propia, sino que responde a la precarización de las condiciones laborales", subraya el sindicato en su investigación, al tiempo que apunta que otra de las manifestaciones de la precariedad en el empleo es la menor cuantía de los salarios entre la población joven.

Así, los menores de 25 años son quienes tienen los salarios más bajos respecto al resto de población. En concreto, la brecha salarial de los menores de 25 años es del 50%, es decir, que cobran la mitad del salario que cobran los mayores de dicha edad. Los salarios de la población trabajadora joven de menos de 25 años asciende a 11.568,60 euros y 18.674,87 euros para los jóvenes menores de 25 a 35 años.

MEDIDAS PRIORITARIAS

En este contexto, UGT considera "prioritario" adoptar medidas eficaces encaminadas a recuperar medidas de estímulo de la actividad económica, así como hacer una apuesta decidida por las políticas de oferta para lograr la transformación de un modelo productivo, que permita la mejora de la productividad y la competitividad para poder crear más y mejores empleos.

Asimismo, el sindicato apuesta por equiparar el salario de la juventud al de los trabajadores de más edad, de modo que por el mismo trabajo se cobre el mismo salario; y por terminar con la parcialidad involuntaria que "menoscaba los derechos y salarios de la juventud, repercutiendo en su presente y en su futuro".

Del mismo modo, UGT quiere elevar el salario mínimo cada año como un instrumento de lucha contra la discriminación; un plan de empleo que configure una estrategia y recursos para combatir el desempleo juvenil; reforzar el Plan de Garantía Juvenil para ampliar la protección de este colectivo y aumentar su inserción; y establecer mecanismos de control que persigan la contratación temporal fraudulenta.

Por último, aboga por que se conozca el Convenio Colectivo al que pertenece la empresa en la que van a trabajar; así como por "erradicar los Convenio Colectivos de las empresas multiservicio, subcontratas, etc. que emplean a un alto número de trabajadores/as jóvenes y exigir que les sean de aplicación los convenios de sector o de empresa garantizando que por un mismo puesto y trabajo, se tienen las mismas condiciones laborales que cualquier otro trabajador del sector o del centro de trabajo".