El centro médico de Calafell está abarrotado. La localidad catalana cuadriplica su población en verano. Como consecuencia, los vecinos y turistas tienen que esperar casi dos horas para ser atendidos. Aunque han reforzado el personal, es insuficiente. Los principales motivos por los que acuden son las enfermedades víricas, otitis, gastritis, picaduras o alergias.