Condenados a cuatro años dos acusados de quemar un autobús en Markina (Vizcaya)

La sentencia de la sección cuarta de la Sala de lo Penal también condena a Eneko Ostolaza Icaran, de 28 años, y a Borja Oregi Urrutia, de 25, a indemnizar solidariamente con cuatro mil euros al conductor del autobús por las lesiones psíquicas ocasionadas.

La Audiencia Nacional considera que los acusados y otros individuos encapuchados que asaltaron el autobús actuaron "coordinadamente" y formaban parte de un denominado grupo o "talde Y" de violencia callejera.

Este grupo desplegaba sus acciones en la zona de Markina para "favorecer los fines de subversión constitucional, socavamiento de la paz pública y amedrentamiento social que persigue la organización terrorista ETA y sus entidades afines", añade.

El tribunal declara probado que los procesados, para quienes el fiscal pedía siete años de prisión, obligaron junto a otros encapuchados al conductor del autobús a detener el vehículo, colocando unos neumáticos ardiendo en la calzada.

El conductor del autobús, en el que iban cuatro pasajeros, no pudo esquivar el obstáculo y tuvo que parar, momento en que dos de los asaltantes golpearon con palos el parabrisas delantero para conseguir que abriera las puertas del vehículo.

Posteriormente, los encapuchados introdujeron tres garrafas de gasolina en el autobús, con la que rociaron el interior e impregnaron al conductor, mientras obligaban a los pasajeros a bajarse.

Acto seguido, lanzaron botellines inflamables contra el autobús pero no llegaron a quemarlo por apagarse la llama antes de impactar, y huyeron del lugar ante la presencia en la zona de un vehículo policial.

Además de otros jóvenes cuya identidad se desconoce o que se hallan en paradero desconocido, participaron en la acción descrita los dos acusados, uno de los cuales -Borja Oregi- obligó con palos al conductor a parar y a abrir las puertas del vehículo.

Durante el juicio, que se celebró el pasado día 8, los acusados negaron los hechos, y Ostolaza Ikaran aseguró que ese día acudió a un concierto de un grupo punk alemán en Amorebieta, mientras que Oregi Urrutia alegó que asistió a un partido de cesta-pelota en el frontón de Markina.

Ambas coartadas, según la sentencia, son compatibles espacial y temporalmente con la participación en los hechos de los dos procesados.