El abrazo que salva la vida de una bebé

Fue un abrazo intenso y emocionante, un abrazo de esos que transmiten una ternura sin límites. Dos horas en las que sus protagonistas no se separaron: Miguel, de Salvamento Marítimo y la pequeña de cuatro meses a la que acababa de rescatar. Toda una lección de vida que empezaba con un rescate en alta mar. En la lancha viajaban la madre, al límite de sus fuerzas, y su hija. Había que actuar rápido porque el bebé tenía una temperatura corporal muy baja. El calor del abrazo ayudó a que la niña se aferrara a la vida. Un día que terminaba con la llegada del barco de Salvamento Marítimo a puerto. La madre desembarcaba con las fuerzas justas y la pequeña en los abrazos de Miguel, su salvador, ya con la temperatura más alta y en mejor estado. Los dos unidos para siempre por esta experiencia.