Don Pepito, un cura en huelga de hambre tras ser apartado de sus parroquias

José Manuel Castaño Posada, un sacerdote asturiano de 80 años, se ha puesto en huelga de hambre para reivindicar que le permitan seguir oficiando misa. “Solo quiero decir misa", insiste don Pepito, como le llaman sus feligreses y "piensa seguir sin comer hasta el domingo".

Tras 30 años como párroco de San Pedro de Villanueva, San Pedro de Dego (Deu) y San Juan de Parres, don Pepito asegura que se ha enterado por otro sacerdote, tras una baja por enfermedad, que ha perdido la titularidad de las tres iglesias.

"En su día me explicaron que no me obligarían a renunciar a mi cargo, que no tuviese temor”, señala don Pepito. La edad de jubilación canónica es a los 75 años y han de ser los párrocos quienes lo comuniquen al arzobispado, algo que José Manuel no ha hecho.

En una carta ha hecho saber sus malestar por una decisión que, ni siquiera le han comunicado oficialmente.

"Que le den vida, que no lo maten", claman sus feligreses. El jueves, en contra de las normas, coincidiendo con la festividad de Asturias, Don Pepito oficio una misa en el monasterio de San Pedro de Villanueva arropado por sus vecinos. EBP