La situación de los dos niños de Godella, hallados muertos tras su desaparición, era aterradora. Los pequeños, de cinco meses y tres años, vivían con sus padres, ahora detenidos, en una casa abandonada en el municipio valenciano. Dentro, entre colchones y juguetes de niños, los agentes han encontrado cabezas de animales y muñecas colgadas en las paredes.