Ingenieros militares de EE.UU. asesoran el taponamiento de un canal en Colombia

Los extranjeros viajaron a la zona de la emergencia por una solicitud expresa del Gobierno del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, ante el avance de las inundaciones en la zona por efecto de la ruptura del Canal del Dique.

La vía fluvial, que es un brazo artificial del río Magdalena abierto en el siglo XVI, se rompió a su paso por Santa Lucía, localidad del departamento caribeño del Atlántico, y las aguas desbordadas han anegado al menos cuatro centros urbanos y extensas zonas agrícolas y ganaderas.

El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, dijo a la prensa en Barranquilla, la capital departamental, que los ingenieros estadounidenses y las autoridades colombianas buscan establecer un "modelo de cooperación" para superar la emergencia.

El proyecto comprende el taponamiento del tramo roto, que tiene cerca de 200 metros, y el posterior desagüe del territorio inundado, agregó Verano de la Rosa en declaraciones previas a una primera reunión de trabajo con los estadounidenses.

El funcionario indicó que los ingenieros extranjeros analizarán las soluciones posibles con expertos de entidades ambientales y de construcción y mantenimiento de infraestructuras públicas.

En una alerta divulgada el viernes por la noche, el Gobierno pidió a los comités locales y regionales de emergencia de las zonas de influencia del Canal del Dique que "se mantengan atentos a los niveles superiores a las cotas del desbordamiento".

Además de los centros urbanos afectados, las crecidas han desbordado varias ciénagas y embalses.

Las autoridades colombianas no han establecido las causas de la ruptura del Canal de Dique, vía de 113 kilómetros que se extiende de Calamar, localidad del Atlántico, hasta la bahía de Cartagena, en Bolívar.

El canal fue abierto para llevar agua a decenas de poblaciones de las zonas que atraviesa, para fines de consumo humano y riego de cultivos, y transportar cargas hasta el puerto cartagenero.

La emergencia en esta región es una de las más graves que se han registrado este año en Colombia por efecto del fenómeno meteorológico de La Niña.

La oleada lluviosa deja 238 muertos, 250 heridos, 103 desaparecidos y 1,81 millones de damnificados, y también ha destruido 2.014 casas y averiado otras 277.450.

La mayoría de muertos y heridos eran vecinos de una barriada de la población de Bello (noroeste) sepultada el sábado pasado por un alud de tierras del que han sido rescatados 59 cadáveres y en el que se teme que desaparecieron al menos 120 personas más.