Agentes tutores, policías de paisano: las 'armas' para blindar los colegios

Tras el robo de un vehículo en Collado Villalba con dos menores en su interior, y otros intentos de secuestro y robos se han activado las alarmas sobre las medidas de seguridad a las puertas de los centros educativos. En cuestión de segundos, una persona puede introducirse en el vehículo ante un despiste. Esta inseguridad aumenta si el robo se produce en las cercanías de un colegio, donde los hijos pueden convertirse en víctimas. Para evitarlo, es necesaria una toma de medidas de seguridad acertadas.

Ese ha sido el caso de Sevilla, donde se han cometido numerosos robos en el parón momentáneo de los padres cuando van a dejar a sus hijos en el colegio. La gran afluencia de personas que se reúnen a las puertas de los centros y el despiste de los padres conforman el escenario perfecto para los ladrones, que se hacen con móviles, bolsos o carteras.

Pero el mayor peligro de los padres es que un robo se convierta en secuestro de sus hijos. Con el fin de poder evitar estas situaciones, la delegada de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, Concepción Dancausa, emitió una orden a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que aumentaran la presencia de agentes en los colegios.

Según la delegada, que impulsó esta medida en marzo de este año tras dos intentos de secuestro a menores en Las Rozas, Pinto y el barrio de Salamanca, la capital cuenta con 170 agentes tutores cuyo cometido es la vigilancia de los centros educativos.

Por su parte, la Policía Local de Pinto ha dejado reflejadas, a través de un comunicado, unas normas básicas para evitar el rapto a niños con consejos dirigidos tanto a niños como a padres.

En primer lugar, según señalan los agentes, es importante hacerle saber a los menores que si un desconocido trata de agarrarlos o arrastrarlos hacia algún lugar, deben chillar y, si es necesario, "patalear".

Asimismo, es esencial que los menores mantengan informados a sus padres o adultos que están a su cargo sobre dónde se encuentran o si tienen pensado desplazarse del lugar en el que estos le vieron por última vez. Y, por supuesto, instarles a que no acepten nada (comida, regalos, objetos...) por parte de desconocidos.

Otra de las recomendaciones más eficaces es que los niños se aprendan de memoria su dirección, número de casa o nombre y teléfono de sus tutores. En caso de que el menor sea demasiado pequeño, es preferible que lleve una pulsera identificativa.

En cuanto a los padres, la policía los alerta de que no deben dejar al menor fuera de la vista de algún "adulto responsable". También destacan que, en caso de que se produjera un incidente, desaparición o intento de secuestro de un niño, desaconsejan la publicación del suceso en las redes sociales o vía WhatsApp, puesto que puede dar lugar a "falsos bulos", pero sí a llamar a emergencias (112, 091, 092, 062).

También es recomendable informar al colegio de quién va a ser la persona que recoja al niño y evitar que este pueda irse con otra persona a la salida; así como acompañarlo hasta la puerta del colegio y recogerlo en el mismo sitio. En caso de que los padres no puedan hacerlo, hay que asegurarse de que los menores recorran el camino de la escuela a casa siempre acompañados.

El Ayuntamiento de Madrid creó la figura de los agentes tutores para que velaran por la mayor seguridad de los alumnos dentro y fuera de los centros educativos.

Entre las labores de dichos agentes, se encuentran las entrevistas que se realizan con los directores de estos centros y asociaciones de padres, charlas didácticas sobre seguridad en temas concretos como el acoso (o ciberacosos) escolar, el buen uso de las redes sociales, drogas y alcohol, absentismo escolar o violencia, entre otros.

Su actividad se refuerza con servicios de vigilancia en la entrada y salida de los colegios por policías de las Unidades Integrales de Distrito.

Otra iniciativa por parte de estos agentes, se dio en Alcobendas bajo la campaña 'Tu recreo por seguridad', en la que los niños dedicaban su tiempo de ocio en el patio para repartir información a los conductores de alrededor sobre la importancia de respetar los pasos de peatones. Esta es otra forma de evitar atropellos a menores con lecciones de seguridad vial.