Como tejieron la red de mentiras del crimen de Marta del Castillo
Malena Guerra @malenaguerrat5)
24/11/201618:06 h.La detención de Miguel Carcaño y sus amigos provocó la indignación de los sevillanos... Después de declarar en el juzgado, el juez ordenó la reconstrucción con Miguel en León XIII. Los agentes le llevaron a la casa por la tarde con la calle tomada por policías que intentaban contener la rabia de los vecinos. Detrás de Miguel entró Francisco Javier, su hermano tenía que estar presente como dueño del piso. Mientras Miguel era interrogado de nuevo, Francisco Javier esperaba en la cocina. Francisco de Asís Molina intentaba cotejar lo declarado por Miguel con los restos de sangre encontrados en las inspecciones oculares. Le preguntó dónde tiró el cenicero tras golpear a Marta. Miguel explicó que lo dejó caer en la cama, encima de una colcha que habían lavado varias veces antes de ser detenidos. De hecho esa colcha no fue encontrada en la primera inspección. La policía la olvidó en las cuerdas de tender y tuvo que volver a por ella días después. El juez quería entender por qué había sangre en ella. También le preguntó cómo se limpió la mano manchada de sangre. Carcaño aseguró que se limpió en el pantalón. Esa ropa, la que llevaba la noche de los hechos, fue incautada por la policía en la casa de su novia en Camas, donde la había puesto a lavar tras deshacerse del cuerpo de Marta en algún sitio todavía desconocido. Miguel evitó en todo momento situar a su hermano en la casa durante la discusión con Marta. Solo implico a sus amigos, el Cuco y Samuel.
Al día siguiente el menor de edad era abucheado al llegar a León XIII. Le llevaron a la reconstrucción porque había confesado a diferencia de Samuel que lo negó todo en el juzgado y se negó a hacer la reconstrucción. El Cuco sorprendió al juez al entrar porque pasó de largo hacia el salón evitando la habitación donde Miguel había situado los hechos. Días después encontrarían en el ADN de el Cuco mezclado con el de Marta. Una prueba definitiva que demostraría que sí había entrado en esa estancia. En el momento de la reconstrucción, el menor dijo que vio el cuerpo de Marta en el salón cubierto con una manta negra. Miguel había explicado que sacaron el cadáver sin cubrir. En un vehículo policial el Cuco explicaría que vio a Marta ensangrentada y que tuvo una arcada. Así explicó la presencia de su ADN en esa habitación. Aunque luego lo negaría todo ante el juez, los investigadores pensaron que el Cuco podría haber llegado antes a la vivienda, antes incluso de Samuel y que por lo tanto la versión en la que los tres había coincidido diciendo que Miguel llamó a Samuel y éste al Cuco, era mentira. Pero eso ocurriría más tarde. De momento, ese 18 de febrero de 2009, el Cuco implicó al hermano de Miguel. Lo situó en el salón, le acusó de amenazarle y dijo que al marcharse con el cadáver, se quedó la luz encendida del cuarto de Francisco Javier. El juez le preguntó varias veces e hicieron la prueba para ver si desde el ángulo que el menor decía, agachado sobre el cuerpo podía ver la luz encendida de esa habitación. Asís Molina sospechaba que el hermano de Miguel había llevado al voz cantante y podía ser la persona que limpió al escena del crimen mientras los chavales se llevaba a Marta.
Un mes después Miguel Carcaño volvía a León XIII. Había cambiado radicalmente su historia. De nuevo los sevillanos se arremolinaban entorno a la vivienda esperando la llegada de Miguel y de su hermano. La policía llevó la silla de ruedas donde encontraron sangre de Marta porque Miguel introdujo la silla en su relato. Explicó que la usaron para sacar el cuerpo de Marta. Un vecino le había visto con la silla y otro les había visto empujando la silla con un bulto encima. Iban encapuchados y no pudo identificarlos. Pero lo más importante es que Miguel acusó al cuco de violar a Marta y de estrangularla con un cable. Un relato lleno de contradicciones y lagunas que no pasaron desapercibidas para el juez. Cómo era posible que el menor amenazara a Miguel y a Marta con una navaja. Cómo era posible que Miguel no hiciera nada mientras el Cuco intimidaba a Marta y con una mano la agredía, blandiendo en la otra la navaja. Las mentiras eran evidentes pero el Cuco ya estaba señalado por el ADN y las dudas impregnaron la investigación. Era la venganza de Miguel porque el Cuco había implicado a su hermano en el crimen de Marta.