“Mamá, ¿puedo cortarme el pelo?”

Su madre, Leeanne Smith, de 30 años, explica que “cuando Rean nació tenía un encantador pelo rubio y rizado. No soportaría cortarlo, ni siquiera el flequillo”.

“Ahora le cae por la espalda y es muy bonito y suave. Cuando salimos, a menudo le confunden con una niña. La gente dice, ‘¿no es raro?’, pero nunca le ha importado. Se ríe”, explica al Dailymail.co.uk.

El problema, según Leeanne, empezó cuando Rean empezó a ir a la escuela. Tenía que llevarlo en una coleta por “salud y seguridad” y algunos de los niños “empezaron a burlarse”."Le dijeron que no podía jugar con ellos porque se parecía a una niña”, explica.

“He llorado ante la idea de que él tenga que cortarse el pelo, y voy a llorar de nuevo cuando realmente suceda", afirma.

Rean ya ha dicho cómo quiere el corte de pelo: más corto y puntiagudo en la parte de arriba, pero su madre se niega a que se utilicen las tijeras. Además, el pequeño recauda dinero para pagar el corte de pelo y ya tiene casi 100 euros gracias a las donaciones de familiares, amigos y compañeros de clase. El dinero se donará al hospital de niños de Sunderland, donde vive Rean. Sus rizos también serán donados a una ONG contra el cáncer que los usará para hacer pelucas.