Un joven de 24 años conducía de forma temeraria en Asturias. Circuló ni más ni menos que 3 kilómetros en dirección contraria, que finalizaron con la colisión con otro vehículo. Los dos conductores fallecieron en un evento que no ha sido un accidente, puesto que el que lo provocó se saltó a sabiendas un control de alcoholemia.