En las imágenes, se ve cómo la mujer arregla una habitación cuando un cliente comienza a quejarse de que hace demasaido ruido. De repente, le propina un fuerte golpe en el cuello. La trabajadora cae al suelo, lastimándose una pierna y un brazo. Al agresor le ha bastado con una disculpa y con abonar una multa de ciento cincuenta euros.