Así es el día a día de la lucha contra la anorexia en la Unidad de Trastorno de la Conducta Alimentaria de Ciudad Real

Hace unos días les contábamos la dramática historia de una joven de Granada que padece una gravísima anorexia. Ella ha iniciado una campaña para exigir más recursos públicos porque en Andalucía, su comunidad autónoma, no existen centros de hospitalización especializados. Por eso, ha sido derivada a Ciudad Real, donde sí existe esa unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria.

Los trastornos de la conducta alimentaria son ya la tercera enfermedad más frecuente entre los adolescentes tras el asma y la diabetes. Una enfermedad que afecta ya a seis de cada cien menores de 18 años. "El trastorno alimentario es una enfermedad mental grave donde el paciente se ve mucho más gordo de lo que está pero que en el fondo esconde una forma de comunicarse o relacionarse y de manejar los problemas de baja autoestima" explica el doctor Luis Beato, jefe de Psiquiatría del Hospital General de Ciudad Real, pionero en crear una unidad específica para tratar este tipo de trastornos ya en 1999.

El pico de incidencia de la enfermedad son los 14 años pero hay un 5 por ciento de pacientes de especial gravedad que no logran revertir la pérdida de peso a través de un tratamiento ambulatorio. "Son pacientes que no controlan las conductas purgativas como los vómitos y esos sí necesitan un tratamiento hospitalario específico para parar esos síntomas porque tú no puedes cerrar todos los baños de na planta o controlar el ejercicio físico de una paciente en una planta abierta", añade.

Por eso en estas plantas trabaja personal sanitario especializado, que controla a las pacientes las 24 horas del día. Pacientes que reciben terapia todos los días, para conocer por sí mismo qué le llevó a la enfermedad y cómo salir de ella. "Es una enfermedad grave, muy limitante que provoca mucho sufrimiento no solo en el paciente sino en toda su familia y no es alfo que se quita solo. Una vez que aparece la persona pierde el control y no puede salir sin ayuda".

Aquí reciben pacientes derivados desde otras comunidades autónomas donde no existe una unidad de hospitalización especializada para adultos. Una carencia que sufre Aleixandra, desplazada desde Andalucía o Rebeca desde Extremadura.