Los terroristas de Barcelona y Cambrils aspiraban a atentar con chalecos suicidas en zonas abarrotadas de gente

La explosión de la casa en el municipio tarraconense de Alcanar precipitó y desbarató los planes iniciales de los terroristas. Aspiraban a mucho más. Atentados suicidas con chalecos bomba en lugares con grandes concentraciones de público. La explosión cambió sus planes. En su lugar usaron chalecos falsos que emplearon para provocar el pánico en las calles de Cambrils la madrugada del 18 de agosto.

Horas después del atropello en Barcelona, los terroristas reaparecieron en la provincia de Tarragona. A falta de explosivos reales, optaron por atropellar y atacar con cuchillos y hachas a los transeúntes. Las cámaras de un comercio ya los captaron cuando los compraban. Lo que no podían imaginar es que al embestir a dos agentes de los Mossos D`Esquadra cuatro de los cinco miembros del comando iban a ser abatidos.

Lo relata uno de los agentes: “Estas personas llevaban armas blancas y salieron corriendo en su dirección gritando ‘Allahu Akbar’, momento en el que el agente efectuó varios disparos inicialmente hacia una persona hasta abatirlo. Después, observó a los otros individuos e hizo uso de su arma corta hasta que cayeron”. Su compañera, herida en el suelo, también logró dispararles. El quinto terrorista fue abatido cuando trataba de enfrentarse con otros agentes.