Con miedo y desesperados: el día a día de los que trabajan con los MENAS
Antonio Gil (@antoniogilgomez)
30/03/201919:33 h.La inmensa mayoría de menores extranjeros no acompañados buscan integrarse y labrarse un futuro, pero los hay conflictivos e inadaptados que cometen robos, destrozos y agresiones, difíciles de controlar en unos centros de acogida desbordados. En 2018 llegaron a España 6000 MENAS. La cifra supuso un 160% más de los que lo hicieron el año anterior. Sólo esos datos dan buena muestra de la realidad que se vive allí donde se acoge a todo aquel que afirma no tener más de 18 años, llega sin documentación y sin compañía alguna, sin un adulto que se haga responsable de él. Y salvo clara evidencia, aunque se sospeche de que no es menor, hasta que la prueba de edad lo confirma, vive en residencias de primera acogida. Estos centros, repartidos por todo el país, son residencias de carácter educativo dirigidas a chicos y chicas en situación vulnerable y sin otros recursos, independientemente de su origen. Pero con la llegada récord de inmigrantes en situación irregular, estas instituciones se encuentran desbordadas. En muchos casos, superando en 200% su capacidad original. Las administraciones están dedicando más medios y personal, pero todavía resultan insuficientes. Los profesionales piden que, al menos, las pruebas de edad sean inmediatas. Más de la mitad se demuestra finalmente que son adultos. Además de convivir con niños y niñas mucho más jóvenes, y a los que también en ocasiones intimidan, colapsan unos centros ya de por sí más que saturados.