España se mantiene como el mayor consumidor de pescado de Europa

La encuesta añade que el 66% de los españoles compra pescado y derivados al menos una vez a la semana, una cifra que es 30 veces superior a la media europea, que se sitúa en un 36%. Un indicador que se mantiene con respecto al año 2017, aunque se observa un ligero crecimiento en la compra mensual que pasa de un 19% a un 21.

A nivel europeo, en cambio, el porcentaje de ciudadanos que no compra nunca o casi nunca pescado o productos de acuicultura continúa elevado y se sitúa en un 21%. En esta línea, el consumo semanal ha disminuido ligeramente en favor del consumo mensual al año pasado, que ha pasado de un 76% de españoles que lo tomaba al menos una vez por semana en casa en 2017 a un 74 por ciento en 2018.

En el Eurobarómetro también se observa un ligero incremento del consumo de pescado en restaurantes y bares a nivel semanal, ya que el porcentaje asciende del 19% del 2017 al 23% del 2018. El cambio más relevante de este indicador se da en el descenso de seis puntos de aquellos que no consumen nunca o casi nunca pescado fuera del hogar, que alcanza en 2018 un 26%.

El consumo de pescado fresco en España se reafirma. Mientras que en 2017 un 65% de los españoles se decantaba por este tipo, en 2018 lo menciona el 73% como parte de sus compras habituales. Esta cifra prácticamente dobla al consumo de este producto fresco a nivel europeo. No obstante, crece ligeramente el consumo de productos congelados, que pasa de un 31 a un 34%.

El 74% de los ciudadanos afirma que compraría o consumiría más productos procedentes de la pesca y la acuicultura si su precio no fuera tan alto. Una cifra que baja con respecto al año pasado, cuando era cinco puntos superior.

De hecho, el precio continúa siendo el segundo aspecto más importante a la hora de comprar este tipo de producto y así lo menciona el 56% de los españoles. El primer aspecto a tener en cuenta es la apariencia, según el 65% de los ciudadanos. Ambas características son más mencionadas en España que en la media europea.

En 2018 también ha aumentado en cinco puntos la importancia ofrecida a la facilidad o rapidez de preparación y al impacto medioambiental y/o ético. En 2017 se situaba en un 5% y en 2018 lo ha mencionado el 10%.