El 85,4 % de los controladores respaldan el arbitraje con AENA

En un comunicado, la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA), señaló que esta decisión se ha tomado como "último" recurso para la negociación del convenio.

La nota destaca la buena fe del colectivo, demostrada en esta voluntad de aceptar medidas de arbitraje, y acusa al Gobierno de no actuar de la misma forma, tras haber sido publicada hoy en un diario una información que apuntaba a que diversos miembros de USCA estaban son espiados por el CNI.

Con esta decisión, fuentes de USCA indicaron a EFE que en las próximas 48 horas se va a buscar por ambas partes, controladores y AENA, a la persona que debe tomar ese protagonismo y arbitrar las discrepancias existentes entre ambos.

A partir del 12 de enero las negociaciones se reanudarán, y se ha situado por ambas partes como fecha límite para el cierre de las mismas el 28 de febrero, pero a partir del 31 de enero será el árbitro quien se encargará de dirimir aquellos asuntos sobre los que discrepan.

Las negociaciones para llegar a un acuerdo para la firma del II Convenio Colectivo que parecían ir por buen camino, tras el preacuerdo firmado por los controladores y AENA el pasado 13 de agosto, se rompieron principios de diciembre.

El 3 de diciembre el Gobierno decretó que el máximo de horas anuales que deben trabajar los controladores es de 1.670 y no son computables aquellas otras horas que por guardias nocturnas, enfermedad y permisos varios deban tomar los controladores.

Ese mismo día, a las 17 horas, los controladores abandonaron masivamente sus puestos de trabajo y se cerró el espacio aéreo español, decretándose en la mañana de sábado 4 de diciembre, por primera vez en la Democracia, el Estado de Alarma, por parte de un Consejo Extraordinario de Ministros.

Este Estado de Alarma, que supuso la militarización de las torres y centros de control de los aeropuertos, se prolongó 15 días más hasta el 15 de enero.

Aunque la mesa de negociación se ha vuelto a reunir durante los días anteriores a Navidad, las discrepancias existentes entre los controladores y AENA, han llevado a la búsqueda de un árbitro que medie entre el colectivo y su patronal.