Más de 80 detenidos en disturbios por el desalojo de una casa ocupada en Berlín

El presidente de la Policía berlinesa, Dieter Glietsch, informó hoy de que 22 de los 82 detenidos serán presentados ante el juez de instrucción y subrayó que un total de 61 agentes resultaron heridos de distinta consideración en los enfrentamientos con jóvenes radicales.

Añadió que los disturbios se alargaron hasta primeras horas de hoy y que grupos de encapuchados de la llamada "escena autónoma" actuaron vandálicamente por varias calles, destrozando escaparates y mobiliario urbano.

Los agentes antidisturbios, muchos llegados desde otros estados federados, se enfrentaron durante horas con hasta 2.000 manifestantes en el barrio berlinés de Friedrichshain, donde fueron atacados con adoquines, botellas y artefactos pirotécnicos.

Los manifestantes trataron varias veces de alcanzar un edificio de cuatro plantas en la calle Liebigstrasse, que había sido desalojado por la fuerza en la mañana de ayer en una operación que se desarrolló con suma violencia a lo largo de cinco horas ante la resistencia de sus ocupantes.

Para controlar la situación a lo largo de la noche, la policía colocó grandes focos que iluminaron la zona en torno a la calle de la casa desalojada y desplegaron varios camiones con cañones de agua con los que repelieron los intentos de los radicales de alcanzar el edificio.

La dimensión del operativo fue justificado por las autoridades berlinesas con el argumento de que se esperaban manifestaciones de simpatizantes de los "okupas" en contra del desalojo.

Ya durante el fin de semana se habían registrado algunos incidentes entre simpatizantes de los "okupas" y la policía y 17 personas habían sido detenidas.

Según informaron las autoridades, la policía tuvo que acceder a la casa, cuyo interior se encuentra prácticamente destruido, usando la fuerza, con agentes equipados con hachas, sierras mecánicas y un ariete.

Durante la operación de desalojo los agentes se vieron enfrentados en la calle con mas de un millar de simpatizantes de los "okupas", que lanzaron todo tipo de objetos a la policía, mientras ésta repelió las agresiones y realizó las citadas detenciones.

Las calles aledañas habían sido bloqueadas desde primera hora de la mañana y en las casas vecinas se habían ubicado algunos agentes para reaccionar desde allí a posibles agresiones.

El edificio, situado en el este de Berlín, se encontraba ocupado desde 1990, pocos meses después de la caída del muro que dividió la ciudad durante casi tres décadas, aunque los ocupantes llegaron a un acuerdo con su propietario y suscribieron contratos de alquiler.

Sin embargo y tras la venta del inmueble, los actuales propietarios habían conseguido una orden judicial para su desalojo con el fin de renovarlo, pese a las protestas de los ocupantes del edificio, que contaban con la simpatía de una gran parte del barrio.