La dificultad de los titulados para estabilizarse en el mercado laboral genera diferencias salariales de hasta un 15,6%
EUROPA PRESS
04/10/201214:31 h.Las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes universitarios para estabilizarse en el mercado laboral genera diferencias salariales de hasta un 15,6 por ciento ya que, según un estudio de Fundación BBVA-Ivie, los titulados con 12 años de experiencia pueden tener un 26,2 por ciento de incremento salarial mientras que el mismo periodo en una única empresa representaría un aumento del salario del 41,8 por ciento.
El estudio --que lleva por título 'Universidad, universitarios y productividad en España'-- puntualiza que, aunque tanto la antigüedad en una empresa como la experiencia en otra empresa inciden positivamente en los salarios de los universitarios, el efecto de la primera es mucho mayor, y constata "el elevado coste" de no encontrar trabajo en las primeras fases de la inserción laboral ya que impide acumular experiencia, un elemento "clave" para poner en valor el capital humano.
Según el documento, un tercio del empleo creado entre 1995 y 2007 fue para universitarios, sobre todo en medianas y grandes empresas, por la oferta de capital humano abundante, según los autores del estudio, gracias al crecimiento en las décadas anteriores de los titulados de un sistema universitario que duplicó el número de instituciones y triplicó sus alumnos entre 1980 y 2000, año en el que alcanzó un máximo histórico, con 1,6 millones de estudiantes.
Sin embargo, esa mayor presencia de los universitarios en las empresas solo ha contribuido "modestamente" a mejorar la productividad durante la etapa expansiva que finalizó en 2007. En este aspecto, la investigación señala que una mayor frecuencia y duración del desempleo de los titulados universitarios en España "es especialmente dañina", ya que la falta de experiencia tiende a reducir la productividad.
Así, el mal comportamiento estructural del mercado de trabajo español reduce la productividad del capital humano en España y resta competitividad a las empresas por lo que, para mejorar la productividad del capital humano, los autores del estudio abogan por reducir tanto el desempleo de los titulados más jóvenes como el uso que se hace en España del empleo temporal.
El estudio también enumera algunos de los factores negativos que repercuten en el rendimiento productivo y en los salarios de los universitarios como las dificultades para acumular antigüedad en una misma empresa --debido al recurso a la contratación temporal de los jóvenes--, el pequeño tamaño de las compañías, el peso de los sectores tradicionales y un menor porcentaje de empleos cualificados respecto a otros países.
MEJORAS EN ACTIVIDAD INVESTIGADORA
El informe también señala que la actividad investigadora "ha mejorado ampliamente" en la Universidad española en la última década, al contribuir a que España logre una cuota mundial del 4 por ciento en citas y del 3 por ciento en publicaciones, cifras superiores a las que representa España en otros indicadores económicos como la renta (2,2%) o las exportaciones de bienes y servicios (2,1%).
En cualquier caso, los autores del estudio defienden que, para desempeñar "el papel clave" que tiene la Universidad en la transformación del tejido productivo de la economía española se debe incrementar el peso de las actividades de investigación aplicada y transferencia tecnológica por su mayor potencial de conexión con las empresas. Asimismo, ven "crucial" que prosiga el avance del empleo de titulados y su acceso a puestos de responsabilidad en las empresas.
El informe también muestra que los resultados de las universidades españolas son muy relevantes para los titulados y para el conjunto de la sociedad "pero podrían y deberían ser mayores en cantidad y calidad", al estimar que se podrían obtener con menos costes "y ser mejor aprovechados por el tejido productivo". Por este motivo, los autores afirman que los resultados de las universidades mejorarían si se diferenciaran los centros en función de su especialización y calidad, se incentivara la competencia por los mejores alumnos mediante el apoyo a la movilidad y se señalaran los mejores programas de grado y posgrado.
En esta línea, los autores del documento consideran que uno de los problemas a los que debe hacer frente la Universidad española son las consecuencias de la escasa diferenciación existente entre universidades por su especialización en la actividad docente, investigadora y de transferencia lo que, entre otros motivos, dificulta la identificación de las mejores instituciones en cada una de las actividades y la competencia entre las que pertenecen a grupos realmente similares.
Esa escasa diferenciación de las ofertas de los centros limita, por ejemplo, el papel de la calidad en la competencia por captar a los buenos estudiantes. Además, la falta de diferenciación entre instituciones favorece el error de asignar recursos para investigación a unidades que no obtienen resultados, según precisa el documento. En cualquier caso, el estudio considera que la internacionalización es un reto para todas las universidades y prevé que la movilidad y el prestigio de los títulos serán cada vez más importantes, sobre todo en estudios de máster y doctorado.
RETRASOS EN INVESTIGACION APLICADA
Por otro lado, los datos analizados muestran "el retraso español" en el ámbito de la investigación aplicada y la transferencia tecnológica, al concentrarse el desarrollo de esta transferencia principalmente en las universidades politécnicas. Además, la escasa orientación hacia la investigación aplicada está generalizada en las universidades españolas y tiene consecuencias sobre sus ingresos y su capacidad de realizar actividades de transferencia e interactuar con su entorno.
Por otro lado, los autores reconocen la dificultad de las universidades españolas para fortalecer la investigación aplicada y la transferencia tecnológica "porque el entorno productivo no las favorece". Por ello, apuestan por implantar un sistema de incentivos económicos y profesionales que oriente a las personas, los grupos y las instituciones hacia esos objetivos. Además, el informe añade que las universidades que más producen en investigación tienen mayor capacidad de captar recursos específicos para la misma.
El estudio también destaca que la formación continua es cada vez más necesaria para que el capital humano se adapte a los sucesivos empleos y los constantes cambios originados en las empresas por las innovaciones tecnológicas y organizativas.
Entre otras conclusiones, los autores apuestan por una estructura del sistema universitario más definida, que reconozca la existencia de diferencias de especialización entre universidades y oriente a cada una a ser más eficiente en su terreno; identificar las universidades con mayor capacidad investigadora, concentrar en ellas la formación del profesorado y los investigadores, y poner en marcha medidas que permitan a algunas universidades estar presentes en la competencia internacional; e implicar a todas las universidades en la internacionalización de la actividad docente e investigadora y la evaluación de procesos y resultados, que permita una adecuada gestión de la actividad formativa.
Esta investigación ha sido dirigida por el catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y el director de investigación del Ivie, Francisco Pérez, y el profesor de la Universidad de Valencia e investigador del Ivie, Lorenzo Serrano.