La dolorosa gesta de Mikel
Mikel Azparren es un deportista tenaz. Ya había fracasado varias veces en un intento que otros hubieran abandonado tras el primer "fracaso". El no. El volvió a intentarlo una y otra vez y esta última dobló la última curva antes de entrar a la plaza del Obradoiro sabiendo que estaba a punto de conseguirlo: Iba a completar el camino de Santiago, la variante denominada Camino francés, entre Roncesvalles y Compostela, en bicileta, en menos de 24 horas. 751 kilómetros en algo más de 23 minutos y 50 segundos. Atrás quedaban litros y litros de toda clase de líquidos ingeridos para no desfallecer de deshidratación, un esfuerzo sobrehumano y 9 kilos menos que al salir de Roncesvalles.
En la meta aguardaba el tío de su mujer. Recordaba seguramente que en otro intento fallido, Mikel cruzó la meta tan exhausto que necesito que le agarraran para bajar de la bicicleta.
Esta vez no. Iba tan sobrado y entró tan rápido en meta que cuando el tío de su mujer intentó acogerlo en sus brazos provocó su caída, a plomo contra el empedrado.
Mikel sufre fractura de clavícula, y un hematoma tan doloroso en la pierna que a duras penas puede caminar. Pero no guarda ningún tipo de resentimiento contra su tío abuelo político. Sabe que el hombre solo quería ayudar. Además, la fractura y el hematoma curarán.
El record es imborrable.