Cinco escritoras se convierten en notarias narrativas del maltrato a las mujeres

La idea de esta obra múltiple, que hoy se ha presentado en Barcelona con motivo del día contra la violencia de género, partió de los editores Silvia Pérez y Fernando Marías, que plantearon a las narradoras la posibilidad de convertirse en voz de estas víctimas de malos tratos, una de ellas asesinada por su marido.

Individualmente, las escritoras se reunieron con estas mujeres -Rosa Regàs lo hizo con el hijo de la fallecida- de diferentes estratos sociales y económicos. Tras conocer de primera mano sus estremecedoras vivencias realizaron un doble trabajo: contar la historia en primera persona, como si las víctimas fueran las propias narradoras, y elaborar un relato sobre el encuentro que mantuvieron con ellas.

Silvia Pérez recalca que no se trata de una compilación de reportajes periodísticos, sino que es una obra de "literatura de compromiso", que además sirvió de terapia para las cuatro maltratadas y para el hijo de la fallecida.

A pesar de esta afirmación, Espiro Freire, que se muestra poco optimista sobre el éxito de las campañas institucionales contra los malos tratos, ha subrayado que ella no cree en la literatura de compromiso y que aceptó la propuesta porque "es un tema -ha dicho- que como persona me interesa; es un compromiso personal, no literario, y lo hubiera hecho aunque no hubiera sido escritora".

Freire se reunió con Mariquilla, un mujer mayor maltratada sucesivamente por su padrastro, su marido e incluso sus hijos, cuya dignidad fue saqueada y que, a pesar de parecer abocada al desastre, logró mantenerse a flote.

Eugenia Rico explica la historia de Sara en "El ruido de la llave en la cerradura", una mujer de la postguerra a quien la sociedad dejó en manos de su agresor, obligándole a convivir con él -la Guardia Civil le amenazó con detenerla por abandono del hogar- y que sólo cuando las leyes cambiaron pudo huir.

"Su marido murió al poco de que ella le abandonara, porque los verdugos no son nada sin sus víctimas", señala Rico, para quien la única vacuna contra los maltratos -"un fenómeno que en España mata más que el terrorismo o la gripe A"- es la educación en la igualdad, "porque el Estado no puede entrar en cada casa".

Lourdes Ventura ha sido la encargada de dar voz literaria a Olga en el relato "El chico de la cazadora de cuero", un ejemplo de las múltiples caras de un maltratador: un Doctor Jekill y Mister Hide protagonista de una montaña rusa sin fin de golpes y peticiones de perdón, causantes de una "devastación emocional" que paraliza a la víctima y le impide huir, por temor "a que fuera iba a ser peor".

El "error" de cálculo del título del libro (5x2=9) hace referencia al fin trágico que tuvo una de estas mujeres, quienes, no obstante, y a pesar de su evidente papel de víctimas en esta historia, son, a juicio de las autoras, verdaderas supervivientes, aunque todavía estén en tratamiento para sobreponerse a las secuelas que aquel horror doméstico les dejó.

"Ana y la Dulzura" y "Carta a MariCarmen", son, respectivamente, los títulos de los relatos de Ángeles Caso y Rosa Regàs, que hoy no se encontraban en la presentación de la obra.

El libro está prologado por el catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco Enrique Echuburúa y cuenta con una serie de fotografías de Concha Casajús.

Para Fernando Marías, sería "apasionante" poder realizar un libro similar desde el punto de vista de los maltratadores, reinterpretados a su vez por cinco voces literarias, aunque según advierte su socia, Silvia Pérez, "es muy difícil, porque los maltratadores nunca se reconocen como tales".

El responsable de la editorial Península, Manuel Fernández Cuesta, ha añadido que "5x2:9 Diez miradas contra la violencia de género" es un libro "necesario" que hay que hacer independientemente de la cuenta de resultados".