Los padres de los jóvenes españoles muertos en Marruecos sospechan que murieron con disparos "a bocajarro"

Los padres de Emin y Pisly, Dris Mohamed y Abdeselam Ahmed, los dos jóvenes que han muerto por disparos de la Marina Real marroquí, rechazan la versión de Marruecos sobre una posible fuga y sostienen que a sus hijos "los mataron a quemarropa y los tiraron al agua tras una paliza".

En declaraciones a Europa Press, Dris Mohamed y Abdeselam Ahmed explicaron que sus hijos, Emin (20 años) y Pisly (24), se fueron a pasar el fin de semana a Saidía (Marruecos) con una embarcación de recreo de 200 caballos de potencia que les habían dejado y con todos los papeles en regla. Asimismo llevan todos los elementos que les exigen para la navegación como un GPS con tarjeta, bengalas, luces y demás. "Cogen su nevera, sus bocadillos, sus cañas de pescar, su carnada y a pasear y pescar", comenta Abdeselam.

Los padres rechazan categóricamente la versión ofrecida por la agencia MAP basándose en fuentes policiales marroquíes según la cual los dos jóvenes desatendieron un control y quisieron huir hasta el punto que pretendieron embestir con su zodiac a la patrullera, momento en que realizaron cinco disparos de advertencia al aire y uno a dar, que es el que habría matado a Emin y Pisly.

La versión de Dris Mohamed y Abdeselam Mohamed es muy distinta y así han indicado que habrían sido parados para su identificación. Aunque estos portaban sus correspondientes pasaportes en regla y sellados en la frontera, al no saber la lengua árabe "te vacilan". "Cuando vimos sus cuerpos, comprobamos que tenían sendos golpes en la frente, creemos que serán de un culatazo", afirman Abdeselam y Dris, lo que les lleva a pensar que antes de morir podrían haber recibido una paliza. "Me imagino que les plantarían cara y por eso les pegaron un tiro", han indicado.

A esa creencia llegan después de haber tenido la oportunidad de conversar con el médico forense que realizó la primera autopsia en Nador y éste les habría adelantado que a Pisly le había quitado "de 20 a 25 plomos del hígado y estomago" mientras que Emin "recibió el disparo "en el cuello".

Con estos datos, sospechan que les habrían disparado a bocajarro. "El que sepa un poco de armas, sabe que si tienen tanto plomo en el cuerpo sólo puede ser desde una muy corta distancia", explica Abdeselam, con lo que desmiente que los disparos se realizaran durante la persecución de la patrullera a la embarcación tipo zodiac.

ARROJADOS AL MAR

Del mismo modo manifestó que la ropa que les entregaran estaba mojada, por lo que creen que habrían sido arrojados al mar. Les salvó de haberse quedado en el fondo del mar, según han señalado, el haber llamado a unos amigos diciéndoles que estaban siendo acosados por la Marina Real marroquí y estos a su vez a la Gendarmería marroquí. "Un coronel de la Gendarmería les exigió que se los trajeran porque hemos llegado a la conclusión de que su intención inicial era arrojarlos al agua y aquí no ha pasado".

Con esta declaración, subrayan que no van contra el Estado de Marruecos porque gracias a la intervención de la Gendarmería han podido tener los cuerpos de sus hijos, sino que su objetivo principal es exigir Justicia y que el autor o autores "del asesinato de nuestros hijos sean juzgados y condenados". Así han reclamado "que Madrid y Rabat lleven a cabo una acción y se juzgue y condene al autor o autores de la muerte de Emin Mohamed y Abdeselam Ahmed "Pisly".

Abdeselam Ahmed nos ha facilitado la última fotografía con vida de su hijo Pisly, aproximadamente "una o dos horas antes de que me lo mataran". Se trata de una imagen tomada a las 17.38 horas del domingo 27 de octubre que se tomó en una zodiac de 200 caballos que pilotaba ("es una embarcación de recreo para pasear y pescar" subraya) con su teléfono móvil y que envío a una persona allegada a través de un wasap. "Una persona que va a pasar a droga no va con esa sonrisa y haciéndose fotos" resalta Abdeselam. Recalca que en la embarcación llevaba su nevera, como se puede apreciar en la imagen, así como sus cañas de pesar y las carnadas.