El 70% de los españoles quiere que no se fume en ningún lugar público

Este es el resultado de una encuesta presentada hoy por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), cuyo presidente, Luis Aguilera, ha pedido al Ministerio de Sanidad que modifique la norma para que no se pueda fumar en los locales de hostelería y se financien los tratamientos antitabáquicos.

Aguilera ha señalado que todavía no ha tenido oportunidad de hablar con la titular de Sanidad, Trinidad Jiménez, para exponerle su postura y ha subrayado que esta es la primera ocasión en la que le manifiesta públicamente la petición.

La semFYC ha presentado hoy la encuesta en el marco de la X Semana sin Humo que organiza a partir del 25 de mayo con motivo del Día Mundial del Tabaco, que se celebra el 31 de este mes.

La muestra recoge las respuestas de 3.984 personas, de las cuales 1.168 eran fumadoras, lo que supone el 29 por ciento, tres puntos más que en 2008, ha explicado el responsable del estudio, Xulio Castañal.

Los responsables de la semFYC consideran que las políticas antitabaco podrían lograr reducir el porcentaje de fumadores hasta el 15 por ciento, como ya ha sucedido en puntos de Estados Unidos.

Además, solo el 16 por ciento de los preguntados se sentía preparado para dejar de fumar, frente al 27 por ciento de 2008, datos que llevan a los autores de la muestra a concluir que después de tres años de vigencia el efecto de la Ley del Tabaco se "diluye".

El 77 por ciento de los pacientes preguntados cree que el tabaquismo pasivo, que mata a 6.000 personas al año, es "molesto" y el 92 por ciento lo considera "nocivo".

Asimismo el 84 por ciento cree que el tabaquismo pasivo puede causar cáncer de pulmón; el 94 por ciento que perjudica la salud de la mujer y el 80 por ciento que puede provocar un infarto.

Si se les pregunta a los fumadores, el 25 por ciento cree que respirar el humo de los cigarrillos no provoca infartos.

En el 56 por ciento de los hogares se sigue fumando y el 42 por ciento dice que no deja a nadie encender un cigarro en casa, pero el 14 por ciento reconoce que incumple este propósito.

Los representantes de semFYC han recalcado que el Gobierno debe reformar la ley para proteger la salud de los no fumadores, atender los deseos de la sociedad y para que la libertad de los que no fuman sea un "derecho" cuando entran en un bar o en un restaurante.

En este sentido, han recordado que las legislaciones de otros países europeos cuentan con la restricción total y que 5 meses después de la entrada en vigor de la norma en Italia el número de ingresos por infarto de miocardio se redujo en un 11 por ciento.

Según ha explicado Aguilera, la ley ha supuesto "un antes y un después" en la lucha contra el tabaco, pero su "punto débil" ha sido la hostelería, ya que solo regula como espacios sin humo a los establecimientos de más de 100 metros cuadrados, que suponen el 20 por ciento del total.

De hecho, solo 40.000 de los más de 350.000 bares y locales de ocio existentes en España están libres de humo o con espacios compartimentados para los fumadores.

A su juicio, la reforma de la ley es "viable", no tiene efectos económicos y supone una demanda social.

Además de proteger la salud de los trabajadores de la hostelería "crear un clima libre de humo facilita mantenerse en la elección de dejar de fumar y hace que no se incorporen nuevas personas al hábito", ha señalado Aguilera.

La edad media de inicio al tabaco en España permanece en 17 años.

También ha pedido la semFYC que el Sistema Nacional de Salud (SNS) financie los fármacos de deshabituación tabáquica que cuenta con cuatro veces más "coste-efectividad" que los tratamientos para la hipertensión y 13 veces más que los del colesterol, ha señalado Aguilera.