Unos 2.000 estudiantes marchan en protesta por la educación pública en Chile

La Ley General de Educación (LGE), aprobada recientemente en el Congreso chileno, fue otro de los blancos de las críticas de los estudiantes, quienes argumentan que mantiene el lucro de la enseñanza particular, la selección como requisito de ingreso a los colegios y aumenta la desigualdad.

El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), Miguel Crispi, criticó el descuido que, a su juicio, impera en el modelo educativo estatal, y aseguró que algunos centros están al borde de la desaparición.

"Tenemos universidades estatales que están en la crisis absoluta, que no van a sobrevivir más de uno o dos años, y necesitan un rescate de parte del Estado", dijo Crispi a la prensa.

El dirigente estudiantil subrayó que "esto no es solamente un tema de plata", e instó al Gobierno a reformar el sistema de educación superior y a construir un proceso que lleve a un "debate nacional".

También se adhirieron a la marcha estudiantes de universidades privadas, quienes reclamaron que se diseñen políticas educativas que no contribuyan al endeudamiento de las familias.

"No puede ser que hoy día sean los bolsillos de las familias que se tienen que endeudar para pagar la educación y las que financian el sistema", indicó el presidente de los estudiantes de la Universidad Alberto Hurtado, Jonathan Serracino.

Los manifestantes, custodiados por un fuerte despliegue policial, marcharon pacíficamente hasta la céntrica Plaza Bulnes, frente al Palacio de La Moneda.

Solo al final de la marcha se registraron algunos incidentes menores que se saldaron con la detención de una decena de manifestantes.

Posteriormente, los principales dirigentes de los estudiantes se dirigieron a la sede del Gobierno para entregar una carta a la presidenta, Michelle Bachelet, en la que plantean la necesidad de reformar la educación superior para enfrentar la situación actual.

"Desde el advenimiento de la democracia, no se ha visto ningún avance en lo medular. Actualmente tenemos una educación superior elitista, de mala calidad, privatizada y excluyente, que lucra y no forma profesionales para el desarrollo del país, sino para el mercado, y que necesita una reforma radical", sostiene la misiva.