La granja donde las cabras viven entre toboganes y parques de juego con aire acondicionado
El dueño, Walter Ríos, busca el certificado de bienestar animal para el ganado caprino
"Yo considero a las cabras y a los cochinos mi familia"
No pasan ni frío ni calor, comen pienso orgánico y cuentan con rascadores para su masaje
En una explotación agraria de Huelva el bienestar animal está por encima de todo, aseguran. Aquí las cabras juegan en un tobogán, se dan masajes y hasta tienen aire acondicionado.
“No hay estrés”, dicen. No pasan ni frío ni calor, comen pienso orgánico y después del ordeño, que no dura más de cinco minutos, llega el relax: “Unos rascadores, un cepillo en el cual se van rascando, lo que les gusta mucho a ellas”, cuenta Walter Ríos, el propietario de la granja.
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En busca del certificado de bienestar animal
Las 900 cabras viven 'a cuerpo de rey'. “Yo considero a las cabras y a los cochinos mi familia”, cuenta Ríos. Una familia mimada. Las más pequeñas son tratadas como niños, con su parque de juegos, su tobogán y sus cariños.
El dueño de la explotación busca el certificado de bienestar animal para el ganado caprino. Él lo tiene claro: si sus cabras son felices, sus 50.000 litros mensuales de leche serán muchos más.