Una familia granadina dirigía el mayor imperio de drogas sintéticas de Europa
Todo quedaba en familia. En la familia de una madre, separada, licenciada en Administración de Empresas, un hijo licenciado en Química que fabricaba las nuevas sustancias psicoactivas y un yerno genio informático que vendía a través de la 'Deep web'. Cada uno tenía las actitudes necesarias para la organización de la empresa familiar. No tenían antecedentes y llevaban una vida aparentemente sencilla. Sólo aparente porque les han embargado 10 vehículos de alta gama y propiedades por valor de 8 millones de euros. En una urbanización de Granada el yerno había montado el centro neurológico de gestión informática con un sofisticado sistema que se adentraba en la red oscura en busca de clientes a los que ofertaba sus productos a través de páginas web de alta calidad. Los 7 detenidos son familia, y un amigo austriaco colaborador desde Europa.
En estos laboratorios de Granada y Valencia manejaban más de 100 tipos distintos de sustancias traídas de Holanda (negociaron con China hasta que la ley cambió) como el Fentanyl, una droga 50 veces más potente que la heroína, muy impopular sobre todo en EEUU donde se repartía de la mano el cartel de Sinaloa y donde ha matado a mucha gente. En los registros las sustancias incautadas pensaron más de 100 kilos y estaban dispuestas en envases de 250 mg o 500 mg. En el de Valencia además había casi 800.000 dosis de LSD. La mayor incautación de este tipo de droga en la Unión Europea.
El perfil de los clientes es preocupante por su juventud. Uno de los pedidos intervenidos por la Guardia Civil lo hizo un cliente que disparó las alarmas por la cantidad de estupefaciente comprada; la droga fue a parar a una fiesta sexual. La demanda que registraba la empresa era enorme y afecta a todos los continentes menos África, más de 100 países. Los beneficios de la organización familiar están valorados en 40 millones de euros, blanqueados o invertidos desde el 2012. Hay 2 millones de euros bloqueados en cuentas y 4,5 en criptomonedas.
La fórmula preferida para la organización era el cobro en bitcoins de esa manera la transacción quedaba más protegida por el anonimato. Para conseguir dinero blanqueado en efectivo utilizaban el sistema tradicional de las Hawalas. En este caso un ciudadano paquistaní que trabajaba de intermediario para una organización holandesa, se encargaba de llevar el dinero al contado hasta España. La transacción se hacía en un hotel céntrico de Madrid; bitcoins por euros. Una vez tenían el dinero, en billetes, lo escondían en cajas de seguridad en una empresa muy cercana al hotel. Allí han encontrado 650.000 euros. La operación ha sido desarrollada por la Comandancia de la Guardia Civil de Almería, la UCO, Agencia Tributaria y la coordinación de la Unidad Técnica de la Guardia Civil y Europol.