¿A quién le importa si es virgen Kate Middleton?

La vida ha cambiado mucho desde aquel lejano 29 de julio de 1981, el día de la boda entre el Príncipe Carlos y Diana Spencer. Antes de la boda, celebrada en la londinense catedral de Saint Paul, el tío de Lady Di hizo pública una cuestión fundamental en esos días: su sobrina era virgen. Un ejemplo de lo tradicional que era la sociedad inglesa en los primeros años ochenta del siglo pasado. Todo el mundo daba por hecho que Diana no había tenido novios antes de Carlos. Era una mujer apocada, que no hizo despedida de soltera, como si ha hecho Kate y que la noche antes de su boda la pasó “viendo la televisión” como reconoció en sus memorias años después.

En la actualidad parece imposible pedirle eso a una pareja joven, moderna y que vive en los tiempos en los que el sexo y la libertad sexual son cada vez menos cuestionados.

Guillermo y Kate son novios desde hace ocho años y llevan tres conviviendo, lo que provocó que popularmente a ella se le conociera en Reino Unido como ‘Waity Katie” (la Paciente Katie). De hecho, ya en época universitaria, compartieron apartamento.

Un experto citado por Associated Press habla de una sociedad inglesa “moderna, donde la gente tiene sexo antes de sentar la cabeza”. Lo que hace que no les diferencia de la mayoría de las parejas. Antes de llegar a un compromiso mayor, viven juntos, se conocen y descubren su compatibilidad con la persona con la que, en teoría, van a pasar el resto de tu vida.

De estos comentarios se desliza, que quizá es mejor tener sexo antes del matrimonio que las parejas rotas de la generación anterior de la realeza british. De los cuatro hijos de la Reina Isabel, tres de ellos se han separado (Carlos, Ana y Andrés, los dos primeros han vuelto a casarse) y solo se mantiene casado con su primera esposa el menor de todos, Eduardo. Probablemente esas infidelidades públicas fueron uno de los motivos de la bajada de popularidad de la Familia Real británica entre sus súbditos.

Por eso dicen que la Reina tiene tantas esperanzas puestas en esta nueva pareja: los Duques de Cambridge, futuros Príncipes de Gales y reyes de Inglaterra.

Una generación de diferencia

Hoy, este asunto no le preocupa a la gente. En realidad, que este asunto pase desapercibido más allá de algunos reportajes o preguntas lanzadas en la Red, no hace más que situar a la Casa Real inglesa dentro del mundo real.