La imprudencia de andar por el desierto, le costó la vida a un matrimonio francés

La belleza de las arenas blancas del desierto de White Sands, en Nuevo México, cautivó a una familia francesa de tal manera, que no calcularon los riesgos. Un matrimonio francés y su hijo de 9 años se echaron a andar por el desierto de White Sands, con temperaturas de 40 grados.

Aquí es muy fácil perderse, recuerda el sehriff local, y si a eso, dice, se une la ausencia de sombra y un calor extremo, el parque se convierte en una trampa mortal.

Los guardas hallaron primero a la mujer, muerta, deshidratada, sola. Pero dedujeron que la acompañaban otras dos personas tras repasar las fotos de su cámara, una decisión providencial, ya que activó la búsqueda del marido y el niño, con quienes dieron poco después. Sólo el pequeño vivía, había salido con solo dos botellas de agua para los tres y, exhaustos y atrapados medio de la nada, el matrimonio reservó la mayor parte para el hijo. Salvaron así su vida, pero a un precio muy alto, porque el chaval vuelve a Francia solo.