A Umberto Luis Da Costa Teixeira le prometieron un contrato laboral y un permiso de residencia, pero lo único que consiguió fue trabajar hasta 20 horas al día a cambio prácticamente de nada. Acababa de llegar de Barsil, estaba solo y sin papeles, así que aguantó durante nueve meses trabajando a diario en seis locales de hostelería de sol a sol por unos 40 euros mensuales.