Las marcas en el cuerpo de su madre pusieron en aviso a este hombre que puso una cámara para ver qué hacía la cuidadora. Las imágenes confirmaron sus sospechas: golpes, insultos, malos tratos a una mujer de 84 años. Lo peor fue cuando lo denunciaron ante el juez y la condena parece una burla. Cuatro meses de prisión y una multa de 500 euros para la cuidadora que ahora sigue maltrando a otros ancianos.