Los padres sospechaban que algo estaba ocurriendo con sus hijos. Moretones y demasiado asustadizos encontraban a sus pequeños. Una cámara de vídeo grabó cómo los empujaban y pegaban e incluso las cuidadoras les daban vino para que se durmieran y no molestaran. La policía ha abierto una investigación y las cuidadoras están suspendidas de empleo y sueldo.