Meghan Markle, 100 días como duquesa de Sussex

Con un beso empezaba su andadura como duquesa en medio de la polémica con su padre, que recibió, según asegura, hasta una regañina telefónica del príncipe Enrique por vender fotos a unos paparazzi. Una transacción que llenó sus bolsillos con más de 100 000 euros, pero que pudo ser el motivo por el que Meghan caminó sola hacia el altar, aunque la versión oficial justificó su ausencia por cuestiones de salud. Una relación que no tiene visos de mejorar, porque Thomas Markle le ha cogido el gusto a los medios. En su última entrevista ha comparado a la familia real con la Cienciología, porque -dice- son reservados: "Cierran la puerta, bajan la persiana y se tapan los oídos", asegura. Cada vez más lejos de su padre, Meghan afianza su relación con la reina, que la ha invitado, en un hecho sin precedentes, a acompañarla en el tren real. A pesar de errores protocolarios como sentarse cruzando las piernas, la soberana parece llevarse muy bien con su nueva nieta política, con quien ha compartido vacaciones en Balmoral. Un descanso interrumpido esta semana por el viaje privado de la duquesa a Toronto, sola, en vuelo regular y sin agenda oficial. Según algunos medios, para reunirse con sus antiguos amigos de la serie 'Suits' y probablemente con su madre, que ya planea mudarse a Londres. Será su apoyo en el reino de la todopoderosa Isabel II, a la que la ley otorga hasta la tutela legal de todos sus descendientes.