Las mujeres cobran de media un 16 por ciento menos que los hombres en las Administraciones Públicas, según UGT

El estudio, presentado con motivo de la celebración este jueves 22 de febrero del Día Europeo por la Igualdad Salarial, revela que las empleadas públicas cobran de media 27.305 euros anuales, frente a los 29.827 euros que cobran los varones, lo que supone una diferencia salarial de género de más de 2.500 euros.

Esta brecha aumenta significativamente en los sectores más feminizados como Enseñanza, Sanidad o Servicios Sociales, así como en la segregación vertical donde se observa que la presencia de mujeres disminuye, según pone de relieve el informe.

Además, FeSP ve "especialmente preocupante" la brecha salarial en Actividades Sanitarias donde, a pesar de que el 74,2 por ciento son mujeres, la ganancia media anual de ellas es un 27,2 por ciento inferior a la de sus compañeros.

En el ámbito de la educación, de los datos se desprende que la presencia femenina desciende según avanzan las etapas educativas. Representan el 97,5 por ciento en infantil, el 71,8 por ciento en primaria, y el 57,7 por ciento en la ESO y Bachillerato. En cuanto a la dirección de los centros educativos el 55 por ciento son hombres.

Atendiendo a la enseñanza universitaria, FeSP advierte de que, aunque las mujeres han ido ocupando posiciones, "la igualdad está muy lejos de ser una realidad". En todo el país, cuatro de cada cinco catedráticos de universidad de los centros públicos son hombres.

Para erradicar la brecha salarial de género en los servicios públicos, UGT propone incorporar en la negociación colectiva cláusulas de igualdad salarial, protocolos de prevención y actuación ante el acoso sexual o razón de género y medidas para actuar ante situaciones de violencia de género.

El sindicato también pone en valor los convenios colectivos y los planes de igualdad, como herramientas fundamentales para minimizar la brecha salarial y mejorar las condiciones labores en los sectores más feminizados.

Además, pide revertir los recortes en educación, sanidad, servicios sociales, servicios a la comunidad y ayuntamientos, porque "repercuten directamente en el rol de las mujeres que están asumiendo la responsabilidad de cuidados, dificultando su desarrollo profesional".

Asimismo, propone el desarrollo de programas de formación en igualdad que promueva las elecciones profesionales libres de estereotipos sexistas y garantice la formación en la corresponsabilidad de los cuidados.